Bueno, y te cuento que esta noche después de una gran hartada de alitas de la que me arrepiento, decidimos ir con Gabriel por un "afteroffice" (la paja que uno se da). Agarramos para La Playa (no, no es al Tunco). Este place queda frente a Cadejo, en la Zona, cuya ubicación es de las cosas que considero que más le van. Bueno, llegamos a eso de las 9 (menos mal que AfterOffice ejemmm) y por suerte encontré parqueo, justo el único que se encontraba libre de los 3 y medio con los que cuenta (exageración con fines ilustrativos). Como cada quien andaba su carro desde el trabajo, Gabriel que llegó segundos después que yo, ya no encontró parqueo y le tocó dejarlo con el "Valé parquin" donde vio los primeros $2.00 de la noche. Entramos y nos fuimos a la parte de la terraza, pero como la tienen con toldos por la época, decidimos mejor entrar a una de las mesas largas con butacas en las orillas. Como el lugar no estaba lleno, nos permitieron sentarnos ahí a nosotros dos, ya que son mesas para grupos grandes. Por suerte para Gabriel, permiten que se fume en todas partes, por lo que no representa ningún inconveniente sentarse ahí si sos fumador.
Una mesera muy amable y simpática nos atendió inmediatamente y de entrada me dijo "Buenas noches, qué va a querer, corazón?", a lo que respondí que veríamos por un segundo el menú, que gracias. Se retiró momentáneamente y le dimos un vistazo al menú. Los precios andan similares a los de La Taberna Grill, incluso un poco más barata la cerveza, sin embargo, el lugar siento que es un tanto más exclusivo y nice. Optamos al final por una Canoa de Pílsener (6 cervezas) que con propina nos costó $8.25. Me caen mal estas canoas, la verdad, porque a mí que me gusta la cerveza bien helada, en esa vara los tres hielos que le caben no cumplen. Pero bueno, no se le hace mala cara tampoco porque ni modo, lo bueno es que la música estaba tranquila y como no estaba lleno, no había bulla ni nada por el estilo.
De repente, como siempre que te das las heladitas, tuve que levantarme al baño. El de cheras es hiper pequeño, sólo cuenta con dos sanitarios (uno ni siquiera agarra llave) y afuera de ellos, espacio para dos cheras sumiendo la panza; un único lavamanos y un basurero muy grande que literalmente era todo el suelo debajo del lavamanos. Bueno, lo bueno es que no tuve problema en esta ocasión con eso, pues como no había mucha gente, no había nadie en el sanitario.
Regresé pronto a la mesa con Gabriel y luego de la canoa, agarramos paja y nos movimos al Karaoke. ¡Sí, el lugar cuenta con un karaoke ahí mismo! Es por ello, que yo sugerí ir un rato (sí, la verdad fue mi culpa) y bajamos un rato a cantar. Digo bajamos, porque se encuentra literalmente abajo, salís del local del bar/restaurante y entras a otro como localizo a la par del parqueo y tenés que bajar para entrar al karaoke. Me gusta mucho ahí la verdad, es muy pequeño, pero bonito. Tiene cerca de unas 15 mesas a lo mucho y el micrófono o te lo llevan a la mesa, o te paras a cantar en una mini tarima que hay; en esta ocasión, para las canciones que pedimos, como solo habían dos mesas más ocupadas, nos dio weba y cantamos desde la mesa. No tuvimos que pararnos a pedir las canciones, se las pedimos a la mesera que nos atendió y nos las pusieron al poco tiempo (claro, seguramente cuando se llena no es así el mambo). Cabe y es importante mencionar también que, a pesar de ser un lugar encerrado y con aire acondicionado, es permitido fumar, por lo que Gabriel accedió a estar ahí sin protesta alguna, así que *yayyyyy* para mí. En lo que estaba en lo mejor de cantar, llegó uno de los muchachos que se encuentran afuera en el parqueo y le dijeron a Gabriel que ya habían regresado su carro, que estaba ya parqueado adentro y le dieron el vuelto del dinero que entregó al llegar (no comprendí esa movida). Finalmente, recordamos que había que trabajar el día siguiente, así que decidimos retirarnos, pedimos la cuenta y pagamos.
Recomendaciones de Ariana:
El lugar es muy bonito, a pesar de ser pequeño, es muy acogedor y de
agradable ambiente. Un grave problema que el mismo tiene es que el
parqueo no es suficiente, literalmente cuenta con parqueo como para 12
carros. Yo, en lo personal, no confío en los Valet Parking, al menos no
en este país, por lo que para mí no es opción; las veces que ha sido mi
única alternativa, he decidido irme a otro lado.
Referente al servicio,
este es muy bueno, siempre me han atendido meseros muy amables y
serviciales, que creo que es algo muy importante en cualquier lugar que
preste un servicio. Lamentablemente en esta ocasión no puedo hacer
review de la cocina, pues no pedimos nada de comer. Los baños de
caballeros no los conozco, pero los de damas podrían ser un poco más
amplios y asegurarse de arreglar el que no cierra con llave, porque eso
deja un solo sanitario como opción. Definitivamente es un lugar al que
he regresado en más de una ocasión porque me gusta el ambiente (así como
también me he ido a la shit porque no hay parqueo). Lo recomiendo para
el par hablado, suerte con el carro.