jueves, 4 de enero de 2018

Café Sunzal - Playa El Sunzal

Ya me encuentro de vuelta en El Salvador, y no hay nada como ir casi que inmediatamente o por unas pupusas bien rellenitas o por un coctelito con vista al mar. Puesto que el año se encontraba ya en las últimas, fue que decidimos con Gabriel ir a la playita, a disfrutar del calorcito que tanto nos hacía falta. Además, andábamos un antojo -de esos que te retuercen el alma- de unos camarones en salsa rosada con aguacate. Fue entonces,  que este domingo último de 2017 bajamos a la playa a eso de la una de la tarde; el sol estaba en todo su esplendor y el calor, por supuesto, con todos los poderes.



Considerando que ya habíamos visitado la Ola Beto’s del puerto y La Pampa Argentina, fue que optamos entonces por ir a Café Sunzal, ya que ambos teníamos mucho tiempo de no poner pie ahí y recordábamos lo agradable que eran las instalaciones y la vista con la que cuenta.

Íbamos llegando a eso de las 2 de la tarde, hicimos previamente una corta parada a una estación de gas comprando un par de heladitas para el camino. Al llegar, y contrario a lo que esperábamos, el parqueo se encontraba un poco lleno (el mismo no es muy grande, contará con espacio para unos 10 carros sin “encuchar”). Encontramos un espacio libre y nos bajamos con los vasos plásticos con cerveza.


Al entrar, una amable señorita nos saludó y nos dio la bienvenida, mas no nos ayudó a ubicarnos ni a guiarnos en las instalaciones (las mismas soy muy grandes y hay mesas en 3 diferentes niveles). Nos aventuramos, entonces, a bajar al último nivel, que es el que justo quedaba en la orilla de la playa. Nos fuimos a sentar en una de las dos mesas de orilla disponibles y esperamos a que nos fueran a atender. Al cabo de un par de minutos el mesero nos fue a entregar un par de menús y sin más nada, se retiró de la mesa.


Nosotros, como ya sabíamos lo que deseábamos, lo ubicamos rápidamente en el menú; la delicia añorada se encontraba en la sección de cocteles, justo después de los Appetizers. Vimos de entrada que el coctel costaba $12.00 pero con el deseo que llevábamos, sabíamos que nos íbamos a terminar tremendo coctelón cada uno. Llamamos, entonces, nuevamente al mesero para ordenar y le pedimos dos órdenes de cocteles (aún teníamos un poco de cerveza, por lo que no ordenamos nada de tomar en ese instante).

En lo que nos servían la comida, disfrutábamos de la linda vista y de la música que –bien a lo lejos- se escuchaba salir de unos mini parlantes. En cuestión de unos 5 minutos ya venían con nuestra orden. La mesera nos los puso en la mesa y –no sabiendo cómo reaccionar- sólo ordenamos dos Pílsener. ¿Por qué no sabíamos cómo reaccionar, me preguntás? Los cocteles que nos llevaron parecían una broma; de las malas. Realmente la decepción fue tal que no nos salieron palabras en ese momento. Estos cocteles, que te venían a salir a $13.20 cada uno, eran de un tamaño risible, fácilmente pasaban como plato para menú infantil. Los camarones eran de los pequeños y habrán sido unos 10, junto con la mitad de un aguacate mini. El plato era tan pequeño y simple que todavía se atreven a ponerles orillas de tortilla frita encima, como “decoración”. ¿De cuándo acá se come coctel con tortilla? ¡Pónganme más camarones, mejor, ingratos! A esto sumale que las dos rodajitas de limón que llevaban los cocteles tampoco eran suficientes, quedando los cocteles simples al gusto, y platicamos esto con Gabriel, quien me dijo que pidiera limón adicional si quería. Yo le agradecí, pero POR SUPUESTO que no iba a pedir más limón, para darles el gusto de cobrarme unos $2.00 por “la orden de limón”.





Entonces, me dispuse a ver cómo le daba sabor a ese simple coctel y tomé la Salsa Inglesa “Lea & Perrins” y la misma no sólo NO SABÍA a esa marca, sino que se notaba a leguas de distancia que la habían mezclado con agua, y obviamente, el chile “Tabasco” también estaba mezclado con agua. ¿QUÉ TIPO DE RESTAURANTE “DE CALIDAD Y LUJO” HACE ESTO? Y digo lujo, porque verdaderamente solo alguien que pueda darse el lujo va a pagar lo que nosotros este día (never again, by the way). Por si esto fuera poco, cuando íbamos por la mitad del coctel (que nos tomó un par de minutos) nos llevaron las dos cervezas que, para más joder, estaban algo tibionas. No nos cayó nada en gracia tampoco, pero considerando que íbamos con algo de prisa y que iba en sintonía con los camaroncillos de charco y salsa con charco, nos las dimos igual.




Terminando de dar el último bocado, Gabriel alzó su brazo para pedir la cuenta. La mesera, que es quien lo vio, asintió con la cabeza. Pasaron cerca de 10 minutos y no aparecía la cuenta, al ratito se asoma él con el sobre negro y nos dice: “Ustedes pidieron la cuenta, ¿vea?” y yo como: ¡Sííi!, a lo que responde: “Este, me equivoqué”. Literal y algo alzadamente exclamamos “¡AY DIOS!”.
Pasaron otros minutos y regresa el mesero con una factura que acababa de llenar, donde nos estaban cobrando $26.12. “¡Vaya!” dijimos, “nos están dando descuento por el pésimo servicio y calidad en la comida”. Y qué diantres, el mesero ahí vio que la otra mesera nos había servido dos Pilsener y se retira con la tarjeta de Gabriel y la factura a corregir el error. Finalmente regresó con una factura adicional, donde por las 2 Pilsener nos estaban cobrando los $5.44 restantes y el voucher de la tarjeta por el monto total. Tomamos el dulce de menta que nos “regalaron” a cada uno y salimos huyendo de ahí. Si en algo estuvimos de acuerdo, con Gabriel, fue: Never again.



Recomendaciones de Ariana:

Si lo que deseas es bajar a la playita a comer a la orilla y con una linda vista, definitivamente no es Café Sunzal el lugar más recomendado, especialmente si vas en familia (el bolsillo se te va a resentir, y el estómago hambriento también!).
Sin duda alguna ya prefiero ir a la Pampa Argentina que se encuentra un poco después de este restaurante y cuya atención y servicio es mil veces mejor (sus instalaciones tampoco se quedan atrás). Salimos muy decepcionados de un restaurante de dicha “altura” donde se prestan a trasegar hasta las salsas para condimentar y se atreven descaradamente a cobrar como si valiera la pena. No recomiendo.

martes, 26 de julio de 2016

Caminito Chocos - Plaza Futura

Y vos sabés cómo a media semana te dan aquellas ganitas de salir tu ratito pa' despabilarte, porque aún falta para el finde, pero ya sentís que merecés tu break... Y así nos pasó este miércoles con Gabriel. A eso de las 7 de la noche nos fuimos para Plaza Futura a ver qué encontrábamos, ya que era lo que nos quedaba cerca y nos gusta el ambiente del lugar. Entramos -como siempre- por Bennigan's y decidimos ir a ver qué había de bueno (además que la barra del Bennigan's estaba topada).

 Para no alargar, nos fuimos a Caminito, que por tener también espacio al aire libre, fue la mejor elección, pues mi Gabriel tiene aquello del humito. Nos sentamos en la barra, no había nadie más en ella y nos pareció la mejor opción en ese momento. El mesero muy amable y medio atento me ofreció la promoción de tragos que había para las cheras (2x1), pero yo como soy más de cervecita, me dijo que también estaban para nosotras las Golden a dólar.



El ambiente estaba muy alegre, había música en vivo, que fue lo que me gustó, el grupo que habían llevado estaba tocando música tipo "Nothing else matters", The Doors, "I wanna fly away", Red Hot Chilli Peppers, etc., ya te hacés la idea. Tuvimos la suerte de que no lloviera, ya que si hubiera llovido la tri hubiéramos regado, pues ahí no hay nada que proteja contra las tempestades, por lo que deja de ser opción.



Opté, entonces, por la Golden y Gabriel pidió Pilsener. Nos las sirvieron rápidamente y debo reconocer que por lo menos estuvieron pendientes de cuando nos las terminábamos porque casi que ya nos tenían destapadas otras dos. Algo que sí me agradó, es que en una de esas, el bartender me sirvió una Golden que se miraba gloriosa, reee helada; lo malo fue que en realidad estaba congelada, sólo pude darle un sorbo y luego ya no salió nada. Sin yo solicitarlo, él, cuando se dio cuena que comentábamos esto con Gabriel, tomó la cerveza congelada y me la cambió por una en perfecto estado. 

Lo que sí tiene de desventaja frente a otros lugares de Plaza Futura -como Bennigan's y Olive Garden- es que no cuentan con baños propios, por lo que hay que ir hasta los que están por el Starbucks; para alguien con complejo de chicharra, como yo, resulta un tanto molesto. En una de esas, cuando regresé del baño de damas, noté que Gabriel tenía el celular cargando en la barra. Me comentó entonces que el bartender le había prestado un cargador, ya que él no andaba uno consigo. Tri buen set. Finalmente optamos por pagar, ya que iríamos a cenar a la casa (no porque no recomiende la carne, es buena, pero porque no planeábamos comer ahí).



Recomendaciones de Ariana:

El restaurante no sólo se encuentra ubicado en uno de mis lugares favoritos (Plaza Futura), sino que de por sí el ambiente del mismo es agradable y se preocupan por tener música agradable y a veces, como esta, música en vivo. Tenés la tranquilidad de dejar tu carro en un estacionamiento seguro y el poder sentarte al aire libre es un plus. Lamentablemente en épocas de lluvia deja de ser opción y toca ubicarse adentro, que es un tanto pequeño para mi gusto. El lugar no cuenta con baños propios, pero ese inconveniente lo compensaron bien, al menos en esta visita. Nos fuimos felices y contentos.

sábado, 16 de julio de 2016

Shaw's - Basilea

Dominguito en la tarde, y el café -como cualquier otro día- no puede faltar. Quedamos con Claudia, mi mejor amiga, de ir por uno para parlar un rato. Yo inicialmente sugerí ir al Paseo, pero ella me dijo que mejor a Basilea, porque ahí se puede fumar y que ella siempre va ahí (y yo que soy tan difícil de convencer, le dije que sí). Llegué yo primero, encontré parqueo en los de afuera, que me pareció ideal porque iba a estar sentada justo arriba. Subí al local y honestamente estaba bastante lleno para ser domingo. Me senté en veintiúnica mesa disponible que estaba en la orilla. Un mesero muy amable se acercó a preguntarme si esperaba a alguien o si era forever alone, le dije que esperaba.

Mi amiga llegó como a los 7 minutos, tan pronto llegó en vez de decirme hola, me dice "Uy, niña, qué lleno está acá, y ¡cuánto señor! Creo que no voy a poder fumar acá, vámonos para afuera". Con esto, ella se refería a las mesas que se encuentran justo en medio de la placita de Basilea, con arbolitos y eso. Nos movimos, y como que espantamos a una familia que estaba ahí que justo llegamos se fueron (yaaaayyyy).

Se acercó nuevamente el mesero y procedimos a ordenar. No estábamos seguras por el calor si queríamos bebida caliente o fría, pero al final terminamos por pedir cafecito caliente, que era lo que en realidad nuestro corazón quería. Le dije al mesero "Un americano de 16 oz, por favor, pero regálemelo bien suave" (tomo demasiado café en la semana), y la Clau pidió un su Latte de 12oz. Lo que sí la Clau le dijo al mesero, fue que no le dieran el café en vaso desechable como la vez pasada, sino que en taza de la gente, a lo que el mesero contestó que sólo tienen tazas de 8 oz. Le dijimos entonces, que llevara el vaso desechable pero que nos prestara un par de tacitas para poder disfrutar el café.


El ambiente de esta placita es muy agradable. A pesar de que no había música ambientando para nada, me encantó el poder disfrutar ese cafecito entre arbolitos y en paz. Ideal para platicar. Minutos más tarde llegó el mesero con los cafés como los pedimos, con las tacitas aparte, para poder tomarlo ahí. Como la plática y el ponernos al día se nos alargaba, pedimos otro café... Se nos pasaron las horas para ser verdad, y ya cuando vimos que se nos ponía oscurito, decidimos pedir la cuenta, rápidamente la llevaron. Le pedí al mesero que no se fuera, que de un sólo pagaríamos, por lo que medio vi la cuenta y el detalle porque me pareció que me cobraban más de mi estimado. Igual le di la tarjeta y observé al mesero acercarse a la caja.


Rápidamente agarré el menú y corroboré que no me encontraba equivocada: mi café de 16 que ordené, cuesta $2.10 y me acerqué a la caja antes de que pasaran mi tarjeta por más. Pedí al mesero la cuenta nuevamente y me percaté de que él me estaba cobrando el "Café Espresso Americano" y no el "Café Shaws Americano" que es el que pedí. Me contestó él entonces, que ese esspreso que me sirvieron se elaboraba diferente y con otros granos y otra cafetera y bla bla bla... educadamente lo interrumpí y le recordé frente a la cajera que yo lo que le pedí fue "Un americano de 16 oz, por favor, pero regálemelo BIEN SUAVE"... ¿¡cómo diantres va a ser eso un freaking ESPRESSO!? Ah claro, pero como vale más, metámosle ese a la bicha esa, que ni se va a dar cuenta. Le dije al mesero que por favor hiciera el cambio, que no iba a pagar por algo que no ordené, seguidamente me regresé a la mesa con la Clau a esperar mi voucher con el monto correcto. Me lo llevaron.


Recomendaciones de Ariana:

El centro comercial Basilea, en el que se encuentra este Shaw's, es muy pequeño, pero bonito. El ambiente es muy agradable y acogedor. Hay mucha paz mientras no se encuentre tan lleno, y es muy accesible, encontrándose en la Gran Zona Rosa. En esta ocasión, tuvimos suerte de que no estuviera lleno en la placita donde nos sentamos, por lo que pudimos con la Clau "chambriar diagalán" y estábamos más cerca de los baños (del centro comercial). Referente a lo de la cuenta que te comenté, aunque sólo haya sido un dólar el que me estaban bajando, siento que es de muy mal gusto aprovecharse de las personas de esa manera. Lo justo es lo justo, y lo justo es pagar por lo que pedís. Sí recomiendo el place, recomiendo el café, muy rico y recomiendo también revisar la cuenta antes de pagar. Just in case.

lunes, 4 de julio de 2016

Boca de Lobo -Santa Elena-

Me acuerdo que el año antepasado celebré la victoria de Alemania para el mundial, pero cuando juega contra Italia, olvidate, in alcun modo! En esta ocasión, para la Copa América, fuimos con mis amigas a ver el game a la Boca de Lobo de Santa Elena, aprovechando que era buena hora para almorzar. Ya conocíamos el de San Benito, por lo que decidimos ir a conocer el de Santa Elena, que queda justo ahí por la AVON, en un centro comercial, cerca de la Embajada.

Llegamos cerca de las dos de la tarde, me gustó que hay parqueo subterráneo así como frente al local. Por el solón que ya te imaginás, me fui para el sótano con mi amiga que iba en mi carro. Subimos al local a esperar a las demás, entramos y notamos que había un sólo salón cerrado (con aire acondicionado) y había una terraza con mesas también, sin embargo por el calor optamos por sentarnos obviamente adentro. El mesero nos consultó si esperaríamos a alguien más, y contestamos que éramos 6 en total, por lo que nos limpiaron una butaca de las del final (estaban todas sucias u ocupadas).


Nos fuimos a sentar finalmente, y nos llevaron el menú. El mesero nos ofreció algo de tomar, pero le dijimos que esperaríamos a las demás y nos pusimos a ver el juego. El par de televisores que hay son pequeños, pero la hacen para ver el partido, especialmente porque tampoco es un local muy grande. Más adelante llegaron nuestras amigas, nos llevaron otros menús y cuando nos decidimos por la comida, la ordenamos. Llamé al mesero para tomar nuestra orden, ya que luego de que le pedí darnos unos minutos para escoger, ya no se volvió a asomar.


Como es de imaginarse, los precios no son ni los más cómodos, ni los más caros (considerando el tipo de lugar o cocina). Sin embargo, en lo personal, esperaría una mejor calidad en la comida para lo que se está pagando. Bueno, ordenamos primero la bebida. Para la comida, te comento que mis cheras iban a compartir dos pizzas de 14" (una Margarita y otra "De la casa - Boca de Lobo") y yo pedí para mí una orden de Bruschettas de hongos y pesto (dejando claro que este era el "plato" para mí). Cerca de los 5 minutos nos llevaron las bebidas y a los 10 de haber ordenado más o menos, llevan a la mesa mi plato de Bruchettas y me lo pone el mesero frente a mí (¡qué mal gusto!). Le dije, entonces: "Disculpe, ¿cree que puede traer toda la comida al mismo tiempo? No voy a comer sola antes de que las demás también tengan su comida". El mesero sin decir nada, me retiró el plato y se lo llevó (estaba segura de que ese plato iba a estar nasty a la hora de comérmelo).

Más adelante llevaron las dos pizzas y luego llevaron mi plato. Efectivamente, ni siquiera me pude comer más de dos Bruschettas y media, estaban no sólo grasosísimas, sino que como ya tenían ratos de estar aplastadas, el pan estaba mojado y aguado por el aceite y el queso de encima ya helado y tieso. Bueno, aproveché para probar la pizza y no quedarme con el "no la probé". Se miraba muy rica la de la casa, que era la que llevaba Prosciutto, Pepperoni y Pastrami. Para mi gusto estaba un tanto salada, no habría podido comer más de una si hubiera escogido eso de almuerzo. Entiendo que lo salado era principalmente de los jamones, pero por lo mismo creo que la combinación de esos tres no es la mejor.
Terminamos de comer y seguíamos viendo el partido, y no sé si por el agua o por los nervios de los penales, pero tuve que ir al baño de damas. El sanitario con el que cuenta es singular, creo que es suficiente para ese local, y el mismo me pareció agradable y limpio, digamos. Regresé a la mesa, terminamos de sufrir con el partido, pedimos la cuenta y nos la llevaron rápidamente.

Recomendaciones de Ariana:

El local no fue muy de nuestro agrado: la butaca en la que estuvimos tenía una grande entrada de luz, que honestamente sí nos molestaba no sólo para ver la tele, sino en sí molestaba la vista. Todo el espacio del restaurante tenía esta gran entrada de luz también, que le quita un poco exclusividad a mi modo de verlo, porque había un gran luzón en todas las mesas (como si hubieran estado en terraza). Honestamente, tuvimos la opinión común que es mejor la Boca de Lobo de San Benito. Referente a la comida, no quedé satisfecha, las Bruschettas en especial iban cargadas con mucho aceite y encima me las comí heladas y aguadas. Nunca se sirve así un plato (aunque por error lo hayan sacado antes). Por último, los meseros -aunque algo serios y simplones- fueron amables (todos eran hombres). Si tenés la opción de ir al de San Benito, no recomiendo este en su lugar.

jueves, 30 de junio de 2016

La Playa 503

Bueno, y te cuento que esta noche después de una gran hartada de alitas de la que me arrepiento, decidimos ir con Gabriel por un "afteroffice" (la paja que uno se da). Agarramos para La Playa (no, no es al Tunco). Este place queda frente a Cadejo, en la Zona, cuya ubicación es de las cosas que considero que más le van. Bueno, llegamos a eso de las 9 (menos mal que AfterOffice ejemmm) y por suerte encontré parqueo, justo el único que se encontraba libre de los 3 y medio con los que cuenta (exageración con fines ilustrativos). Como cada quien andaba su carro desde el trabajo, Gabriel que llegó segundos después que yo, ya no encontró parqueo y le tocó dejarlo con el "Valé parquin" donde vio los primeros $2.00 de la noche. Entramos y nos fuimos a la parte de la terraza, pero como la tienen con toldos por la época, decidimos mejor entrar a una de las mesas largas con butacas en las orillas. Como el lugar no estaba lleno, nos permitieron sentarnos ahí a nosotros dos, ya que son mesas para grupos grandes. Por suerte para Gabriel, permiten que se fume en todas partes, por lo que no representa ningún inconveniente sentarse ahí si sos fumador.


Una mesera muy amable y simpática nos atendió inmediatamente y de entrada me dijo "Buenas noches, qué va a querer, corazón?", a lo que respondí que veríamos por un segundo el menú, que gracias. Se retiró momentáneamente y le dimos un vistazo al menú. Los precios andan similares a los de La Taberna Grill, incluso un poco más barata la cerveza, sin embargo, el lugar siento que es un tanto más exclusivo y nice. Optamos al final por una Canoa de Pílsener (6 cervezas) que con propina nos costó $8.25. Me caen mal estas canoas, la verdad, porque a mí que me gusta la cerveza bien helada, en esa vara los tres hielos que le caben no cumplen. Pero bueno, no se le hace mala cara tampoco porque ni modo, lo bueno es que la música estaba tranquila y como no estaba lleno, no había bulla ni nada por el estilo.


De repente, como siempre que te das las heladitas, tuve que levantarme al baño. El de cheras es hiper pequeño, sólo cuenta con dos sanitarios (uno ni siquiera agarra llave) y afuera de ellos, espacio para dos cheras sumiendo la panza; un único lavamanos y un basurero muy grande que literalmente era todo el suelo debajo del lavamanos. Bueno, lo bueno es que no tuve problema en esta ocasión con eso, pues como no había mucha gente, no había nadie en el sanitario.


Regresé pronto a la mesa con Gabriel y luego de la canoa, agarramos paja y nos movimos al Karaoke. ¡Sí, el lugar cuenta con un karaoke ahí mismo! Es por ello, que yo sugerí ir un rato (sí, la verdad fue mi culpa) y bajamos un rato a cantar. Digo bajamos, porque se encuentra literalmente abajo, salís del local del bar/restaurante y entras a otro como localizo a la par del parqueo y tenés que bajar para entrar al karaoke. Me gusta mucho ahí la verdad, es muy pequeño, pero bonito. Tiene cerca de unas 15 mesas a lo mucho y el micrófono o te lo llevan a la mesa, o te paras a cantar en una mini tarima que hay; en esta ocasión, para las canciones que pedimos, como solo habían dos mesas más ocupadas, nos dio weba y cantamos desde la mesa. No tuvimos que pararnos a pedir las canciones, se las pedimos a la mesera que nos atendió y nos las pusieron al poco tiempo (claro, seguramente cuando se llena no es así el mambo). Cabe y es importante mencionar también que, a pesar de ser un lugar encerrado y con aire acondicionado, es permitido fumar, por lo que Gabriel accedió a estar ahí sin protesta alguna, así que *yayyyyy* para mí. En lo que estaba en lo mejor de cantar, llegó uno de los muchachos que se encuentran afuera en el parqueo y le dijeron a Gabriel que ya habían regresado su carro, que estaba ya parqueado adentro y le dieron el vuelto del dinero que entregó al llegar (no comprendí esa movida). Finalmente, recordamos que había que trabajar el día siguiente, así que decidimos retirarnos, pedimos la cuenta y pagamos.

Recomendaciones de Ariana:

El lugar es muy bonito, a pesar de ser pequeño, es muy acogedor y de agradable ambiente. Un grave problema que el mismo tiene es que el parqueo no es suficiente, literalmente cuenta con parqueo como para 12 carros. Yo, en lo personal, no confío en los Valet Parking, al menos no en este país, por lo que para mí no es opción; las veces que ha sido mi única alternativa, he decidido irme a otro lado.
Referente al servicio, este es muy bueno, siempre me han atendido meseros muy amables y serviciales, que creo que es algo muy importante en cualquier lugar que preste un servicio. Lamentablemente en esta ocasión no puedo hacer review de la cocina, pues no pedimos nada de comer. Los baños de caballeros no los conozco, pero los de damas podrían ser un poco más amplios y asegurarse de arreglar el que no cierra con llave, porque eso deja un solo sanitario como opción. Definitivamente es un lugar al que he regresado en más de una ocasión porque me gusta el ambiente (así como también me he ido a la shit porque no hay parqueo). Lo recomiendo para el par hablado, suerte con el carro.




viernes, 30 de octubre de 2015

Pekin City - Restaurante

Todos los mortales tenemos esos 60 minutos express de almuerzo, donde de pronto nos dan ganas de ir a comer algo rico y nuevo para salir de lo cotidiano. Fue así que este día Gabriel fue por mí a la oficina a la una de la tarde para ir por algo que nos quedara céntrico a los dos, y es como fuimos a parar ahí por el Hilton, sobre la Avenida Las Magnolias para ser exacta (o por "La Zona" para ser cool).

Vimos (por los símbolos, signos o babosadas chinas que ponen a la vista) que era comida oriental, por lo que decidimos entrar y darles la oportunidad de apantallarnos. Nos parqueamos en el estacionamiento privado con el que cuentan, nos recibió muy amable el gerente en la entrada y nos invitó a entrar. Habían dos butacas ocupadas y decidimos sentarnos en otra, justo abajo del único televisor plasma.

Se aproximó inmediatamente un atento y simpático mesero a ofrecernos el menú ejecutivo y el normal. Con afán de lavarme las manos, me levanté al baño de damas, el cual se encontraba impecable y es suficientemente amplio, lo que me gustó mucho. Regresé a la mesa con Gabriel, quien estaba afanado viendo el menú. Nos dispusimos a ver qué ordenábamos y el menú ejecutivo del día nos pareció perfecto (por sólo $5.00, cada día te dan a elegir entre 3 platillos los cuales van acompañados de arroz frito y chao mein, con una sopa de entrada y por supuesto, bebida). Gabriel se fue por el cerdo rostizado con salsa agridulce y yo por los vegetales mixtos SIN tofu (tampoco ando con pelazones vea). Yo, como ya tú sá, siempre tomo agua, la cual no estaba contemplada entre las opciones. Sin embargo, el mesero muy amable me ofreció llevarme un vaso de agua (si, DE agua) sin compromiso, aparte de las dos bebidas que tu tío Gabriel se ganó.

Al corto tiempo nos llevaron las dos sopitas de Wan Tan de entrada, que estaba deliciosa y seguidamente nos llevaron estos monstruosos platos con lo que cada uno había pedido. Te digo: qué hartada, deliciosa y por supuesto "llenadera". Gabriel le dio vuelta a todo, yo tuve que pedir para llevar el arroz y el chao mein, porque no me lo pude comer todo. Ah, y olvidé contarte que cada orden también llevaba 2 panes.

 En lo que comíamos, pudimos sentir a 4 empleados (nuestro mesero, otros dos y un cocinero) observándonos fijamente, algo creepy, sin embargo después nos dimos cuenta que estaban en lo mejor de ver el noticiero en la tele que teníamos justo arriba de nosotros. Eso fue lo único que sí nos molestó un poco, pues no tuvimos nada de privacidad versus una demasiado buena atención. 

Finalmente, pedimos la cuenta y, como era de esperarse, nos la llevaron inmediatamente. Nuestro mesero ilidadestrella la fue a entregar y su amab fue tanta y la cuenta tan poca, que le dimos propina extra. Y nos fuimos felices, gordos y contentos.


Recomendaciones de Ariana:

El lugar queda en una zona segura y accesible, cuenta con parqueo privado y seguridad. Los empleados son muy atentos y amables y la comida verdaderamente estaba rica. Quiero hacer especial énfasis en que esa hartazón nos hubiera fácilmente costado cerca de 20 dls en otro lugar: como mencioné arriba, por sólo $5.00 te dan casi demasiada comida. Recomendadísimo ir si disfrutás de la comida oriental!

sábado, 17 de octubre de 2015

Worldgames - Multiplaza

Vos sabés que llegan días que ese niño interno que todos tenemos le agarra aquella jodedera vea, entonces nosotros, en uno de esos, decidimos con Gabriel ir a Worldgames, aprovechando que andábamos en Multi dando vueltas. Era cerca de medio día en un soleado sábado que entramos a este mini mundo mágico de maquinitas y juegos para la bichada.

Ya tenía mucho de no entrar, por lo que me emocioné más, puesto que lo han remodelado y de alguna manera se ven hasta más amplias las instalaciones. Nos acercamos al área del mostrador, donde muy amablemente nos atendió un muchacho, preguntándonos si ya contábamos con la tarjeta (donde te acreditan el monto que vos pidás), y la verdad yo andaba una pero más vieja que la cuca así que le pedí que me diera una nueva, por el valor de $1. Él la sacó y Gabriel pidió que nos acreditaran a ella $25.00, yo en ese momento me quedé como que "WTF?! tanto vamos a jugar?" ja, pero ya te cuento...


Bueno, no sé si por la cantidad que pedimos o qué, pero nos regalaron todavía $7.50 adicionales en la tarjeta, por lo que contábamos con un total de $32.50 para jugar, que yo, honestamente, juré que no nos lo gastaríamos todo en esa visita. También nos aclararon que otra modalidad de pago es hacerlo por hora, a $15 por persona (que incluye todas las maquinitas a excepción del trampolín). Bueno, pero ya con tarjeta en mano que entramos ya a las maquinitas, había música electrónica de fondo, la temperatura del lugar estaba agradable y había una gran variedad de juegos y maquinitas donde perder un buen rato el tiempo.


Comenzamos aproximándonos a una maquinita que es simulador de Avión, ya que Gabriel andaba ganas de hacerlas de piloto ($0.50). Luego, yo -como siempre- con ganas de mover el ya tú sá y me fui a hacerlas de break dancer al "DDR Dance Dance Revolution" ($1.00) que me encanta porque si bailás bien, tenés 3 diferentes canciones a escoger para bailar, si la regás en la primera se acaba el juego. Bueno, después vimos esta máquina que era como la de los discos de hockey, que se llamaba "Pacman Smash" y por curiosidad la probamos ($2.00) y bien chiva, dura poco la verdad, pero es como la del table hockey pero en esta salen montón de discos y comenzamos a tirarlos a la loca, lo que fue bien emocionante, los dos puros bichitos ahí.


Luego para sentirnos más grandecitos, nos fuimos para el toro mecánico que tienen, Gabriel lo hizo primero ($1.50) y logró no caerse, yo lo intenté después de él y me caí como 3 veces en lo que dura la babosada endemoniada. Luego, cerca del toro vimos este juego que se llamaba "Toonstone" ($1.50) que fue uno de mis favoritos, con escopeta tenías que dispararle a ciertos targets que se te indican y no era en pantalla sino que las cosas estaban justo ahí como bares, calaveras y cactus.

Después Gabriel vio el "Super Hacker" ($0.50) y quiso pegarle a la cosa, es de esas que te dan un martillo y tenés que pegar con toda tu fuerza, en este caso para demoler un edificio o no sé qué en la pantalla, a mí no me gustó y al final ni a aquel. Bueno, jugamos en varias maquinitas más, la mayoría andaban en los ($0.50) y finalmente llegamos a "Plinko" que quizá es la que más nos gustó, porque no mucha gente la entiende, por lo que pasa vacía, pero por $1.00 te dan seis monedas para lograr el objetivo del juego y la verdad es que te da muchos tickets. Le dimos como 6 veces e hicimos muchos tickets sólo ahí.


Bueno ya cuando nos habíamos acabado las bolas (sí, nos echamos los $32.50 jugando) nos fuimos a la máquina donde se meten todos los tickets que acumulaste y te los acumulan en la tarjeta (hicimos 749 tickets en total, pues la mayoría de los juegos te dan), claro, suenan a mucho pero los premios que tienen andan por los 22,000 tickets y así si querés un peluchito decente haha. Y bueno, finalmente, luego de una hora y media o dos, nos fuimos y salimos todos chorreados y felices.



Recomendaciones de Ariana:

Las instalaciones del local son muy buenas y la verdad ha mejorado muchísimo, hay una gran variedad de juegos para entretenerse y es un lugar tanto para grandes como para chicos. Creo que la modalidad de pagar por juego es mejor que pagar por hora, pues te podes tomar tu tiempo para poder elegir qué juego probar y eso. El hecho de no andar teniendo que meter monedas es un gran plus, pues es sólo de deslizar la tarjeta acreditable por las maquinitas. Finalmente, te recomiendo que cuando estés aburrido, andás cerca, o -con mayor razón- si tenés hijos, te echés un tu vistazo, de pronto y te animás y te terminás quedando un par de horas como yo.