Mi amiga llegó como a los 7 minutos, tan pronto llegó en vez de decirme hola, me dice "Uy, niña, qué lleno está acá, y ¡cuánto señor! Creo que no voy a poder fumar acá, vámonos para afuera". Con esto, ella se refería a las mesas que se encuentran justo en medio de la placita de Basilea, con arbolitos y eso. Nos movimos, y como que espantamos a una familia que estaba ahí que justo llegamos se fueron (yaaaayyyy).
Se acercó nuevamente el mesero y procedimos a ordenar. No estábamos seguras por el calor si queríamos bebida caliente o fría, pero al final terminamos por pedir cafecito caliente, que era lo que en realidad nuestro corazón quería. Le dije al mesero "Un americano de 16 oz, por favor, pero regálemelo bien suave" (tomo demasiado café en la semana), y la Clau pidió un su Latte de 12oz. Lo que sí la Clau le dijo al mesero, fue que no le dieran el café en vaso desechable como la vez pasada, sino que en taza de la gente, a lo que el mesero contestó que sólo tienen tazas de 8 oz. Le dijimos entonces, que llevara el vaso desechable pero que nos prestara un par de tacitas para poder disfrutar el café.
El ambiente de esta placita es muy agradable. A pesar de que no había música ambientando para nada, me encantó el poder disfrutar ese cafecito entre arbolitos y en paz. Ideal para platicar. Minutos más tarde llegó el mesero con los cafés como los pedimos, con las tacitas aparte, para poder tomarlo ahí. Como la plática y el ponernos al día se nos alargaba, pedimos otro café... Se nos pasaron las horas para ser verdad, y ya cuando vimos que se nos ponía oscurito, decidimos pedir la cuenta, rápidamente la llevaron. Le pedí al mesero que no se fuera, que de un sólo pagaríamos, por lo que medio vi la cuenta y el detalle porque me pareció que me cobraban más de mi estimado. Igual le di la tarjeta y observé al mesero acercarse a la caja.
Rápidamente agarré el menú y corroboré que no me encontraba equivocada: mi café de 16 que ordené, cuesta $2.10 y me acerqué a la caja antes de que pasaran mi tarjeta por más. Pedí al mesero la cuenta nuevamente y me percaté de que él me estaba cobrando el "Café Espresso Americano" y no el "Café Shaws Americano" que es el que pedí. Me contestó él entonces, que ese esspreso que me sirvieron se elaboraba diferente y con otros granos y otra cafetera y bla bla bla... educadamente lo interrumpí y le recordé frente a la cajera que yo lo que le pedí fue "Un americano de 16 oz, por favor, pero regálemelo BIEN SUAVE"... ¿¡cómo diantres va a ser eso un freaking ESPRESSO!? Ah claro, pero como vale más, metámosle ese a la bicha esa, que ni se va a dar cuenta. Le dije al mesero que por favor hiciera el cambio, que no iba a pagar por algo que no ordené, seguidamente me regresé a la mesa con la Clau a esperar mi voucher con el monto correcto. Me lo llevaron.
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