No diré "las instalaciones" porque no cuentan ni con pared propia, por lo que le llamaré "el puesto con mesas". Este es muy bonito, amplio para ser un puesto y muy acogedor. Los muebles son cómodos (al menos los sillones sí lo eran) y todo muy agradable a la vista (colores en tonos café). Nos decidimos sentar y llegó una mesera (la única, de hecho) a darnos los menú para elegir qué ordenar. Inmediatamente nos percatamos de que las mesas se tambaleaban demasiado, temiendo derramar el café toqué la de la par y noté que estaba igual. Bueno, sólo porque el sillón estaba rico lo dejamos pasar y nos pusimos a charlar con Gabriel. Cuando vinimos a sentir ya teníamos a la mesera preguntándonos qué íbamos a ordenar.
Al no haber visto el menú, lo abrimos rápidamente y nos fuimos a la página del café café (no babosadas que son más azúcar y crema que otra cosa). No había "Café Americano", que era lo que deseábamos, por lo que le pregunté a ella por este. Nos comentó que "Café Americano" como tal no tenían más que en espresso, lo que me pareció que no estaba bien, pero me calmé y le pregunté por la alternativa a un Americano de la gente. Me señaló la empleada que los que ellos tenían como equivalentes eran el "Prensa Francesa", el "Aeropress", el "V60" o el "Conno Melita", osea oí qué nombres más exóticos (Oh, sí, elixir de los dioses, dije yo). Me dijo que el menos ácido y el que nos TRI recomendaba era el "Melita". Noté en el menú que el de 8oz de las tres clases costaba $2.49... como que era aeropuerto la babosada. Bueno, no pude evitar la cara y la expresión que puse al saber el precio de esa miadita de café, y sólo le pude decir a la empleada que me llevara el de 8oz, ya que si era de 12oz me costaba $3.00 haha nosenkiu. Gabriel hizo lo mismo.
Quizá se tardaron sus 8 minutos en llevarnos los café y para más joder los vi algo grandes, por lo que le pregunté si esos eran los de 8oz, y me dijo que no, que de 12oz. Bueno, como no me atienden personas muy brillantes, le tuve también que decir que no era lo que pedimos, que eran de 8oz. Ella todavía me hace cara de "qué joder..." sonriendo a la fuerza, y Gabriel, cuando me vio la vena saltando en mi frente, decidió mantenerse al margen y sólo sonreir.
Finalmente, nos llevaron el café en la medida que ordenamos y decido darle una probadita a ese elixir maravilloso y tan lujoso que estábamos por darnos. Te lo resumo en 3 palabras: No-lo-terminé. Estaba tan ácido que me molestó un poco el estómago (y viene de alguien que se da tracaladas de diferentes tipos de café al día y siempre negro y sin azúcar). Gabriel le hizo un poquito más de aquellos y tomó un poco más, siempre dejando algo, sin deseo de seguir tomando. Luego de seguir hablando sentí un poco como de agruras y le pedí a Gabriel que nos fuéramos. Al no estar nadie ni siquiera asomándose, nos tuvimos que poner de pie e ir a pagar al mostrador esos $5.00 que sí dolieron.
Recomendaciones de Ariana:
Este puesto de café queda bien a la pasada, lo que es bueno para cuando querés picar algo o de repente te dan ganas de un rico chocolate o una bebida dulce y no tenés tiempo de ir a comer a un restaurante u otro lugar. El menú con el que cuentan es muy variado, hay cafés, chocolate caliente, bebidas frías, sandwiches, wraps y postres. Es bonito el ambiente y es un poco "exclusivo" (again, para estar en la pasada). Sin embargo, si lo que querés es disfrutar de un cafecito negro yo, en lo personal, no te recomiendo este café basándome en esta visita. Definitivamente me tomara la molestia de buscar otro, pues aquí el "negro sin azúcar" que probé estaba ácido hasta la madre y carísimo.