domingo, 6 de septiembre de 2015

Stones Sports Bar - Galaxy Bowling

Y bueno, como me lo había prometido, fuimos con Gabriel al bar/billar del Galaxy Bowling que te conté en el review que le hice. Llegamos sábado a eso de las 7:40 de la noche, estaba lloviendo y se encontraba lleno el parqueo, por poco nos tocaba encuchar a alguien, pero por suerte ya iban de salida. Dejamos el carro en el parqueo de la entrada principal y nos dirigimos de un solo a la segunda planta, donde está el bar.



Entramos, no había música ni nada, se miraba muerto y únicamente había una mesa de billar ocupada. Todo el bar/billar cuenta con decoraciones deportivas, entre ellas camisetas oficiales de diferentes deportes y equipos, placas, logos y fotografías de jugadores. El aire acondicionado, por supuesto le da un gran plus al bar y la iluminación del mismo me pareció perfecta: mesas de billar bien iluminadas y la parte del bar con una luz más tenue y de colores. El bar queda en el centro del cuarto y es grande, tiene un estilo bien gringo.


Decidimos con Gabriel echarnos una horita de billar, yo con la esperanza de no ir a rayar la mesa por mi falta de práctica y Gabriel con la seguridad de que me iba a ganar. Así que nos ubicamos en la última y nos llevaron las bolas y el triágulo (los tacos ya estaban colocados en la pared de las mesas) y nos informaron que el costo de la hora de billar era de $8.00. Y bueno, comenzamos...


Para empezar, pedí una Pilsener ($2.25) y Gabriel una Suprema Roja ($2.99) que cuesta que la tengan en los lugares, pero aquí por suerte la encontramos. Como ya sabés del mal que padecemos, también ordenamos algo para "picar": unos Stones Jalapeños, que era una entrada de jalapeños empanizados y rellenos con queso ($5.50). Te debo el detalle del menú en general, pues andábamos con ganas de comer algo y después de leer la palabra "jalapeños" nos quedamos con eso, ya que nos encanta enchilarnos. Sin tardanza, nos llevaron la orden de la tan esperada entrada, y lastimosamente nos quedaron debiendo con esta: no pican pero ni por joder, osea deciden quitarles el mayor atractivo que un chile jalapeño tiene. Bueno, nos los hartamos igual y seguimos jugando.


Al finalizar la hora, una señorita se acercó a preguntarnos que si íbamos a jugar una segunda hora, a lo que nuestra respuesta fue negativa y nos fuimos a sentar a una mesa. A todo esto, el lugar ya tenía unas cuantas personas más y seguíamos sin música. Llamamos a una mesera, y Gabriel pidió un cenicero porque es permitido fumar en todo el bar. Asimismo, ordenamos 2 Smirnoff Ice Apple ($3.50 c/u) que -by the way- son deliciosas, muchísimo mejor que las originales. Tanto que nos terminamos tomando 3 cada uno, se volvió una noche feliz.


Más adelante, tuve que visitar el baño de damas, por supuesto, y me dirigí a este que se encontraba atrás del bar, a un costado. Es muy pequeño pero bonito, y lo más importante: limpio y con papel y jaboncito para lavarme las manos como toda una señorita educada que soy. A todo esto, la música la comenzaron a poner a eso de las 10:30 de la noche, algo así, que es cuando ya se había llenado un poco el lugar. En su mayoría, la clientela era gente adulta, no vimos aquella bichada feliz de ya andar con DUI, lo que me pareció excelente. Nos retiramos a la 1:00 de la madrugada, luego de pagar la cuenta total que ascendía a los $42.91 con propina y nos informaron que el lugar cerraba a las 2:00.

Recomendaciones de Ariana:
 
Es un buen bar, lo recomiendo mucho, es bastante privado y el ambiente es un tanto diferente a lo que estamos acostumbrados en nuestro país. Cuenta con aire acondicionado y es permitido fumar dentro del mismo, lo que es bueno si fumas, pues no te toca salir a la calle a hacerlo. Considero que lo deberían de mantener con música desde que lo abren, pues pasamos la mitad del tiempo en silencio. Finalmente, en cuanto a precios considero que son un tanto elevados, pero creo que vale la pena por la exclusividad que te dan. En resumidas cuentas: es buen ambiente, nadie jode y se puede fumar.

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