Bueno, llegamos al Mister, las instalaciones súper amplias (2 plantas), limpias y muy bonitas. Cuentan con sillas y mesas, con butacas y también con sillones tipo "lounge", lo que da la bienvenida a la estadía prolongada de los consumidores, ya sea para echarse el cafecito platicado, la comida compartida o trabajar, el cual era nuestro caso.Sin embargo, a la hora de disponernos a trabajar, nos topamos con demasiados inconvenientes. No encontrábamos un bendito tomacorrientes... osea, WTF?! Después de parecer dundos inspeccionando las paredes decidimos preguntarle a una empleada qué mesas contaban con este preciado conector. Nos cuenta la señorita que sólo las mesas de las esquinas tienen tomacorriente cerca, que en total eran 5 mesas, contando ambos niveles, y, obviamente, estaban ocupadas.
Como soy tan paciente (apueshi) decidimos sentarnos cerca de una de estas mesas mientras nos duraba la batería de nuestas laptops. Nos ubicamos en la segunda planta, pues es más privada al tener menor tráfico de personas. Al tratar de conectarnos a la web, nos percatamos de que no nos podíamos conectar a ninguna de las dos redes con las que disque cuentan, una ni siquiera aparecía enlistada. Bueno, Gabriel le preguntó qué ondas a unos cheros que estaban en una mesa de esquina con laptops, los que nos dijeron que no estaban conectados, que creían que no servía el inter. Ay no, me comenzó a dar como fiebre... Nos fuimos al primer nivel, donde nos pudimos conectar a la otra conexión de internet que había, finalmente! pero la misma se caía cada 3 minutos. Casi me da un paro cardíaco, no miento.Optamos por la única alternativa viable en el momento: a Gabriel se le ocurrió activar la conexión compartida de su celular, con la cual pudimos ponernos a hacer algo productivo. Decidimos ordenar un cafecito con algo dulce para suavizar la molestia, espina o piedra en el zapato que ambos sentíamos. Y callate, nos sirven los café y la crepa de Nutella que pedimos (muy rica, por cierto) y me dan unos cubiertos más sucios que las playas del Majahual en Semana Santa. El tenedor tenía hasta una cochinada que obvio era residuo de comida. Tuve que levantarme a dar mi constructiva opinión, queja y reclamo, y regresé a la mesa con cubiertos plásticos, porque prefirieron darme esos al considerar que no podrían cumplir mis expectativas dándome otro juego de cubiertos de metal.

Así que, sabés qué? nos dimos a la fuga.
Recomendaciones de Ariana:
Si lo que querés es ir a un Mister a chambriar, comer (sin cubiertos), o pasar el rato aplastado, dale, es el más ideal de todos los Mister Donut, pero si lo que necesitás es trabajar desde una compu o peor aún, trabajar con internet, olvidate, es el lugar menos indicado para hacerlo.












