martes, 30 de junio de 2015

Mister Donut 24Horas El Platillo

En una de esas largas noches que es necesario trabajar desde la laptop, decidimos con Gabriel ir al Mister Donut del Platillo, pues sabemos que abren las 24 horas y es el único relativamente cerca, después del Dennys en la Zona Rosa (que nos aburrió después de un tiempo).

Bueno, llegamos al Mister, las instalaciones súper amplias (2 plantas), limpias y muy bonitas. Cuentan con sillas y mesas, con butacas y también con sillones tipo "lounge", lo que da la bienvenida a la estadía prolongada de los consumidores, ya sea para echarse el cafecito platicado, la comida compartida o trabajar, el cual era nuestro caso.

Sin embargo, a la hora de disponernos a trabajar, nos topamos con demasiados inconvenientes. No encontrábamos un bendito tomacorrientes... osea, WTF?! Después de parecer dundos inspeccionando las paredes decidimos preguntarle a una empleada qué mesas contaban con este preciado conector. Nos cuenta la señorita que sólo las mesas de las esquinas tienen tomacorriente cerca, que en total eran 5 mesas, contando ambos niveles, y, obviamente, estaban ocupadas.

Como soy tan paciente (apueshi) decidimos sentarnos cerca de una de estas mesas mientras nos duraba la batería de nuestas laptops. Nos ubicamos en la segunda planta, pues es más privada al tener menor tráfico de personas. Al tratar de conectarnos a la web, nos percatamos de que no nos podíamos conectar a ninguna de las dos redes con las que disque cuentan, una ni siquiera aparecía enlistada. Bueno, Gabriel le preguntó qué ondas a unos cheros que estaban en una mesa de esquina con laptops, los que nos dijeron que no estaban conectados, que creían que no servía el inter. Ay no, me comenzó a dar como fiebre... Nos fuimos al primer nivel, donde nos pudimos conectar a la otra conexión de internet que había, finalmente! pero la misma se caía cada 3 minutos. Casi me da un paro cardíaco, no miento.

Optamos por la única alternativa viable en el momento: a Gabriel se le ocurrió activar la conexión compartida de su celular, con la cual pudimos ponernos a hacer algo productivo. Decidimos ordenar un cafecito con algo dulce para suavizar la molestia, espina o piedra en el zapato que ambos sentíamos. Y callate, nos sirven los café y la crepa de Nutella que pedimos (muy rica, por cierto) y me dan unos cubiertos más sucios que las playas del Majahual en Semana Santa. El tenedor tenía hasta una cochinada que obvio era residuo de comida. Tuve que levantarme a dar mi constructiva opinión, queja y reclamo, y regresé a la mesa con cubiertos plásticos, porque prefirieron darme esos al considerar que no podrían cumplir mis expectativas dándome otro juego de cubiertos de metal.


Así que, sabés qué? nos dimos a la fuga.

Recomendaciones de Ariana:

Si lo que querés es ir a un Mister a chambriar, comer (sin cubiertos), o pasar el rato aplastado, dale, es el más ideal de todos los Mister Donut, pero si lo que necesitás es trabajar desde una compu o peor aún, trabajar con internet, olvidate, es el lugar menos indicado para hacerlo.

domingo, 28 de junio de 2015

Karaoke 40/20

De esas noches que sentís que te da la voz para hacerlas de Pavarotti y decidís buscar un karaoke cerca. En nuestro caso, por la accesibilidad del mismo, decidimos con Gabriel ir al "40/20", a deleitar al público con nuestas bellas voces (ah chis, dejame).

El lugar es amplio, me gusta la distribución de las mesas y todo, sin embargo en la parte del karaoke, que es separado del área de fumar, tiene mesas y sillas súper bajitas, que en la realidad se vuelven incómodas si lo que vas a estar haciendo es echándote el par con tus amigos y no comiendo en Japón un arroz pegajoso. Pero bueno, por estos motivos, obviamente, no nos sentamos ahí, sino afuera del karaoke, en la terraza/bar o lo que sea, los bancos y mesas son altos, por lo menos.

El servicio es bueno, al menos en esa área del negocio, pues la visibilidad de los meseros es mejor y no se encuentra tan lleno como en el área del karaoke. Algo que tenemos con Gabriel, es que la cerveza se toma helada o bien fría, nada menos que eso, por lo que ya cuando íbamos por las últimas, pedí más hielo para el baldecito de cervezas que teníamos y me lo llevaron sin problema alguno (mil puntos).

Más tarde llegó la hora de visitar el querido baño de mujeres, el cual es súper amplio (puede haber discoteca frente a los lavamanos) sin embargo, los sanitarios en sí son absurdamente pequeños e incómodos, ¿alguien me puede explicar?. Bueno, regresé a la mesa y ya llevábamos fácil un par de horas en el local y no habíamos podido deleitar a nadie con nuestras voces angelicales; el sistema de "por orden de mesa" a la hora de pedir las canciones no sé si es el más adecuado, al tener más de 40 mesas y poner largos lapsos de "baile" para obligarte a quedarte más tiempo y consumir más.

Finalmente llegaron las 3 de la mañana y el karaoke terminó, ya sólo quedaba el bar abierto, por lo que decidimos con Gabriel retirarnos, más que el lugar no cuenta con un parqueo seguro, sino que el carro queda en la calle, a la buena de Dios.


Recomendaciones de Ariana:

En mi opinión el ambiente del lugar es bueno, tenés la opción de estar dentro del karaoke o fuera de éste en caso de que vayás con mara que guste de karaokes y vos no, los precios son un poco elevados para el tipo de negocio (casi a $2 cada pilsener en balde), no cuentan con parqueo propio, lo que genera inseguridad y los baños son ridículos. Pero pues, no lo descarto como opción para salir con tus amigos si lo que querés es ir un rato a pasarla bien y, si tenés suerte, a cantar también.

La Ventana - Bar & Grill


San Valentín, la fecha más comercial que existe después de Navidad, y claro, bodas por aquí y bodas por allá. Tan así, que tanto Gabriel como yo teníamos invitaciones a dos diferentes bodas, a las cuales asistimos por una o dos horas a cada una.

Sin embargo, como siempre, buscamos pasar tiempo a solas para hablar de la vida, de la semana o en este caso, también para celebrar nuestro Valentín y claro, comentar y discutir las bodas, sus adornos, vestidos, invitados, el servicio, la música, etcétera. Y es por ello, que buscamos algún lugar que no estuviese tan lleno esa fecha y a esa hora, pues ya eran pasadas las doce de la media noche.

Casualmente fuimos a dar a La Ventana, pues todos los demás lugares por los que pasamos estaban llenos y ya no teníamos deseos de ir a Malibú esa fecha, pues habíamos ido varias veces y seguido, y no lo sentimos adecuado para la ocasión. Al llegar al lugar mencionado, vimos que afuera del local la calle estaba cerrada y habían mesas y adornos alusivos a la fecha, muy bonito.

Bueno, entramos y nos sentamos, claro, en el área de fumar y muy amablemente un caballero se acercó a atendernos y nos llevó el menú. Nosotros muy entusiasmados viendo el menú con alegría, pues moríamos del hambre, en ninguna boda alcanzamos a comer, pues a la primera llegamos antes de la comida y a la última hasta después de la cena. Mala ironía.

La onda es que llegó el mesero a tomar la orden y Gabriel, mientras babeaba al unísono conmigo, pidió unas salchichas alemanas que suelen prepararlas muy bien ahí. El amable y atento mesero nos comentó que cocina ya había cerrado, pues cerraban a media noche.

Casi convulsionamos.

Le pedimos que viera qué podía hacer por nosotros y no sé si fue él súper amable o nosotros súper dábamos lástima, pero se retiró unos minutos y aproveché para ir al baño, el cual sigue intactamente igual que siempre: sumamente estrecho, con un secador de manos que a duras penas tira sus últimos alientos y poco cómodo. Bueno, regresé a la mesa y para nuestra suerte, el mesero volvió con buenas noticias: Nos abrieron la cocina rápidamente para cocinarnos las salchichas, las cuales disfrutamos con una deliciosa botella de vino blanco (cuyo consumo creemos que fue el motivo por el cual nos hicieron el paro en realidad).


Recomendaciones de Ariana:

Considerando que nuestra velada fue magnífica, es un lugar muy discreto, cuenta con áreas de fumar, la comida es muy buena, el servicio estuvo excelente y la música muy relajante y adecuada, en mi opinión es un lugar al que merece la pena regresar, ya sea en pareja o amigos.

miércoles, 24 de junio de 2015

El Brasero de Ataco

Uno de esos domingos que te dan ganas de ir a puebliar, fuimos a Ataco y con Gabriel nos dimos ese trip de andar caminando y llevándonoslas de turistas. Y bueno, fue que ya se nos habían agotado las energías llegando el medio día, y aparte del solón que ya te imaginás, moríamos del hambre.

Por lo bonito que se miraba de afuera, decidimos bajarnos a este lugar El Brasero, el cual estaba lleno, sin embargo, no nos hicieron esperar mucho. Nos llevaron a la parte de arriba, a una como terraza donde solamente había una mesa vacía en una esquina. A nuestra opinión habían demasiadas mesas arriba, dejando poco lugar para caminar, pero igual no tuvimos mayor alternativa así que decidimos mejor sentarnos y ordenar ya que el clima estaba agradable después de todo.

La espera no fue mucha y la comida estuvo rica, la verdad andábamos en esos días de querer comer sano, así que no nos aventuramos a pedir la carne, que un brasero tendría que prepararla exquisita.


Ordenamos unos vegetales salteados, papas horneadas y unos hongos con queso derretido. La verdad es que no tuvimos queja alguna con la comida, sólo que Gabriel y yo pedimos platos diferentes para poder degustar más, pero eran demasiado similares hasta los sabores.


Finalmente, un inconveniente que sí encontré fue que el baño de damas era singular y muy estrecho, aunque aceptablemente limpio.

Recomendaciones de Ariana:

Bueno, teniendo el cuenta que el servicio del lugar fue bueno, el ambiente a pesar de estar lleno fue agradable, la comida estuvo rica y los precios razonables para ser zona turística, yo sí regresaría al lugar, considero que es un buen place para compartir una comida en familia y amigos.


martes, 23 de junio de 2015

Los Naranjos TownHouses

Comenzaba el año y mi novio, Gabriel, como siempre, rebuscándose para hacer detalles por mí, mas nunca imaginé que planeaba algo sumamente romántico. Y fue así, que nos dirigíamos a Los Naranjos, en Sonso.
Bueno, cuando llegamos él me pidió que me quedara en el carro, quizá lo esperé unos 7 minutos mientras lo miraba a lo lejos caminar de arriba para abajo.
Luego volvió por mí y al salir del carro pude sentir un clima exquisitamente fresco, casi frío; nos dirigimos a una cabañita súper bonita y frente a una linda vista. Al entrar a la cabaña, por supuesto, Gabriel me tapó los ojos para entrar y al entrar me sorprendió con una imagen muy linda: cabañita de madera, limpia, ordenada, mesa para dos, botella de vino, pétalos de rosa por aquí y por allá, y la vista que te conté.

Bueno, pasaron unos 10 minutos quizá en los que yo no terminaba de reparar que estábamos ahí y lo lindo que era todo, cuando tocaron la puerta, era Víctor, la persona de servicio al cliente que iba a estar encargado de nosotros y a nuestro servicio, nos entregó un "Walkie Talkie" y nos pidió que cualquier cosa, podíamos comunicarnos por medio de él o pedir algo que necesitáramos.
Más tarde, un par de horas después, Víctor se encargó de prender una fogata para nosotros (y dado que el lugar no estaba lleno, fue sólo para
nosotros) afuera de la cabañita, un poco más abajo, y como ya a esa hora la temperatura había bajado más todavía, la fogata fue un anillo al dedo, creando una velada espectacular.

Ya para finalizar la noche, era hora de cenar algo, por lo cual Gabriel hizo uso del Walkie Talkie para preguntarle a Víctor acerca de la comida. Víctor hizo de nuestro conocimiento que no cuentan con servicio de restaurante, sin embargo sí tienen un convenio con el Restaurante Paladar Internacional, que queda en la zona y decidimos llamar ahí y ordenar del menú que se nos entregó. La comida pudo haber sido mejor, por suerte el vinito nos ayudó a olvidar esa pequeña pena.
Y, bueno, llegó la hora de dormir y luego de que llegaron a recoger los platos y cubiertos de la cena, llegó Víctor también a dejarnos café molido, para poder hacer uso de la cafetera y en la mañana poder disfrutar de un delicioso y oloroso café.
A la mañana siguiente, ese despertar en ese clima tan sabroso, con ese cafecito de montaña no tenía precio, no queríamos ni salir de la acogedora cabaña. El único problema con el que nos encontramos fue que a la hora de querer bañarnos para salir, nos dimos cuenta de que el calentador de agua no funcionaba adecuadamente, a duras penas entibiaba el agua que de lo contrario me hubiera causado algún tipo de pulmonía (sí, soy drama queen), llamamos al servicial empleado, pero Víctor nos falló pues el calentador no daba para más.
Bueno, llegó la hora de desayunar y nos dispusimos a salir del lugar para también conocer los alrededores. Antes de salir caminamos en los jardines con los que cuentan las TownHouses y nos deleitamos con la vista y la frescura. Luego terminamos saliendo del lugar y fue entonces que vimos -a menos de dos kilómetros quizá- el restaurante que te mencioné, y con tal de no alejarnos mucho del lugar decidimos quedarnos ahí, pues ahí cerquita fue lo único que teníamos a simple vista.


El desayuno en el lugar estuvo aceptable, el lugar estaba solo, el único inconveniente era la ubicación del baño (unisex, por si se puede empeorar) que había que atravesar tierra para llegar a él. Bueno, aprovechamos el estar ahí en el restaurante para hacer un pequeño comentario respecto a la comida de la noche anterior, y el costo de una botella de vino blanco, que nos dieron a más de $30.00. Y como el hubiera no existe, ya no podíamos hacer o decir nada, la experiencia es la que cuenta.

Regresando a Los Naranjos, nos percatamos de que habían actividades extremas o recreativas, ofrecidas por El Paso de Alaska, que era un local contiguo al nuestro. Decidimos montar a caballo, y dicho paseo fue muy lindo y divertido. Retornamos a la cabaña, permanecimos en la terraza de la misma, donde las horas se nos fueron volando. El check-out era a las dos de la tarde, sin embargo nos dieron un "late" check-out debido a que no había reservación para ese día en nuestra cabaña. Nos retiramos del lugar pasadas las cinco de la tarde.




Recomendaciones de Ariana: 
 
El servicio fue muy bueno, las instalaciones fueron excelentes (con el pequeño detalle del agua para bañarse), los servicios que se ofrecen son acordes a la ocasión y el clima exquisito, no querrás perdértelo con tu pareja, creeme. Tené en cuenta de llevar ropa para clima frío, hubiera querido haber llevado una bufanda y guantes (la más exagerada), asimismo, querrás llevar tu botellita de whiskey o snacks en tu maleta, pues no nos revisaron nada. Un súper plus será que llevés o amplificadores o un reproductor de sonido para poder ambientar. Finalmente, no olvides llevar la mejor disposición para desconectarte del mundo y vivir brevemente en un paraíso.