El lugar es amplio, me gusta la distribución de las mesas y todo, sin embargo en la parte del karaoke, que es separado del área de fumar, tiene mesas y sillas súper bajitas, que en la realidad se vuelven incómodas si lo que vas a estar haciendo es echándote el par con tus amigos y no comiendo en Japón un arroz pegajoso. Pero bueno, por estos motivos, obviamente, no nos sentamos ahí, sino afuera del karaoke, en la terraza/bar o lo que sea, los bancos y mesas son altos, por lo menos.

Más tarde llegó la hora de visitar el querido baño de mujeres, el cual es súper amplio (puede haber discoteca frente a los lavamanos) sin embargo, los sanitarios en sí son absurdamente pequeños e incómodos, ¿alguien me puede explicar?. Bueno, regresé a la mesa y ya llevábamos fácil un par de horas en el local y no habíamos podido deleitar a nadie con nuestras voces angelicales; el sistema de "por orden de mesa" a la hora de pedir las canciones no sé si es el más adecuado, al tener más de 40 mesas y poner largos lapsos de "baile" para obligarte a quedarte más tiempo y consumir más.
Finalmente llegaron las 3 de la mañana y el karaoke terminó, ya sólo quedaba el bar abierto, por lo que decidimos con Gabriel retirarnos, más que el lugar no cuenta con un parqueo seguro, sino que el carro queda en la calle, a la buena de Dios.

En mi opinión el ambiente del lugar es bueno, tenés la opción de estar dentro del karaoke o fuera de éste en caso de que vayás con mara que guste de karaokes y vos no, los precios son un poco elevados para el tipo de negocio (casi a $2 cada pilsener en balde), no cuentan con parqueo propio, lo que genera inseguridad y los baños son ridículos. Pero pues, no lo descarto como opción para salir con tus amigos si lo que querés es ir un rato a pasarla bien y, si tenés suerte, a cantar también.
Es de los pocos lugares buenos para ir a cantar, a falta de mas opciones la mara termina en el 40/20
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