miércoles, 26 de agosto de 2015

Restaurante Dos Alas - Volcán de S.S. 19.5 km

Pues con afán de salir de lo mismo de siempre, decidimos el finde ir a desayunar a un lugar nuevo y agarramos camino al volcán con Gabriel. Como era muy temprano, día sábado, pasamos por varios locales camino al volcán que se encontraban cerrados. Fue que le dije entonces, que fuéramos a Las Brumas, pues ya ratos no iba ahí, pero estaba cerrado también y fue ahí que justo enfrente de este local encontramos la entrada a Dos Alas y sí estaba abierto. Vimos muy conveniente darle la oportunidad y doblamos (queda a mano izquierda subiendo al volcán).

Bueno, el parqueo es bonito, entre plantas y área verde. Nos bajamos, un clima súper rico ya te podés imaginar... Lo único que el camino o la llegada al restaurante en sí no es la más bonita, pero una vez llegamos a este, que tuvimos que subir unas escaleras de hierro, era muy bonito y acogedor. Cuenta asimismo con un jardín muy amplio afuera con mesas y se encuentra adornado con muchos animalitos, en su mayoría búhos, lo que le da un muy buen toque en mi opinión. La decoración del lugar es muy artesanal y cuenta con muchas pinturas en óleo y colores.

Decidimos por ubicarnos en la parte de adentro, pues como te he contado soy una gran friolenta y no hubiera aguantado estar afuera. Éramos los únicos clientes, nos llevó el menú una maitra medio mal encarada y le echamos un vistazo a este. En lo que nos decidíamos, pedimos un cafecito para comenzar el día y Gabriel preguntó si el café contaba con refill, a lo que nos contestaron que "sí" y nos lo llevaron incluso tapadito con plástico, lo que me encantó porque lo mantenía caliente en ese clima tan fresco. El menú de desayunos en realidad no es muy variado, pero no me importó porque por gracia del Señor no andaba mucha hambre y me fui por una orden de frutas.

Para mi buena suerte, me dice caritas que no tienen frutas, que me iba a quedar mal, así que me encachimbé y le dije que no quería nada entonces, sólo el café ($1.00). Luego, Gabriel muy consternado (osea no) pidió para él un Desayuno Ranchero ($5.00), un tamal de gallina ($1.25) y un jugo de naranja ($1.50) ya que el desayuno sólo incluía el café. A él no se le quitó el filo por mi desgracia. Después, preferí en vez de comer capricho, pedir una orden de plátano ($1.00) y crema ($0.50).



Llevaron como a los 15 minutos toda la comida de Gabriel, y mi plátano bien gracias, no aparecía, Me llevaron mi comida como a los 8 minutos después de la de Gabriel, lo que me pareció increíblemente molesto, era un pinche plátano. Bueno, ya casi terminando de comer, Gabriel pidió refill de café, a lo que la mesera le dice que sólo tiene derecho a un café más y que el mío no incluye "refill" porque no pedí desayuno completo. Osea creo que no saben el significado de refill, pues no cuentan con este, simplemente te llevan otro café adicional (si lo solicitás) por la compra del desayuno.




Bueno, después de esto, terminamos de comer y le pedí la cuenta a la mesera de las caras y me dice: "¿la quiere detallada o sólo el total?" maaaaaa, no me jodás haha ¡ya ves que sólo gente especial me sale! Finalmente me la llevó, pagué y fuimos a los sanitarios, que estaban abajo, pues los de arriba donde estábamos nosotros tenían llave. Los baños a los que fuimos quedaban como en un patio, frente a gallinas y patos, no eran los mejores sanitarios, pero no fue lo más incómodo de la visita.
 


Recomendaciones de Ariana:

Para salir de lo cotidiano es un lugar que subiendo la calle al volcán de San Salvador queda accesible y el clima es muy rico. Yo tuve la suerte de siempre de ser atendida por gente especial, pero los otros meseros se miraban muy amables. Los precios de los desayunos eran accesibles y el ambiente en este restaurante es muy bonito y agradable. Excelente para desconectarte un rato ya sea con un buen libro, compañía o en familia.


martes, 25 de agosto de 2015

Galaxy Bowling

Fue día lunes que andábamos reviviendo nuestra niñez, con Gabriel, y luego de ir un rato a las maquinitas de un centro comercial donde nos despertó el espíritu, nos dirigimos al Galaxy Bowling, a eso de las 7:30 de la noche. Llegamos y nos mandaron al parqueo con el que dicho negocio cuenta en la parte de atrás y entramos asimismo, por la entrada de atrás.

El local estaba tal y como lo recordaba, de hecho sin una tan sola remodelación notable: mismos colores, mismas bolas de boliche y -espero que no- mismos zapatos de alquiler. Llegamos al counter y nos atendieron inmediatamente, no habían muchas personas en el local. Preguntamos el costo de una hora de boliche y nos dijeron que sólo la hora eran $15.00 más el alquiler de cada par de zapatos ($1.75), por lo cual nos sugirieron el paquete para dos personas que era por $20.00 incluída la hora de boliche y dos hamburguesas clásicas, pero como no teníamos nada de hambre (no por milagro, sino que ya habíamos comido) pues optamos por la hora individualmente. Ellos también cuentan con paquetes para familias o alrededor de 5 personas.

Bueno, nos entregaron los zapatos de boliche y dejamos un zapato propio cada uno como garantía (no termino de entender por qué no le agarran a uno los dos zapatos, sino que tenemos que andar cargando el otro). La onda es que nos los pusimos y un chero con camisa color chiltota nos llevó a nuestra mesa o fila de boliche o como se llame.

Luego de buscar la bola ideal (que me costó un mi tanto) nos dispusimos a jugar y le di la talegueada del año a Gabriel, aunque mi desempeño comenzó a decaer porque noté que me estaba dañando las uñas el uso de la bola (las andaba largas y se me quebró una) entonces ya me importó menos ganarle haha (mujer tenía que ser). Bueno, también olvidé contarte que nos llevaron el menú en caso de que igual quisiéramos pedir algo de tomar o de comer.

El menú es muy variado, incluso cuentan con desayunos (WTF?!) para sábados y domingos a precios muy económicos ($2.20 - $2.75) con café incluído. Además, cuenta con pizzas, hamburguesas, ensaladas y entradas; y en bebidas te ofrecen hasta baldes de cervezas ($7.75 - $9.75) y los precios del menú incluyen la propina. Pero bueno, no puedo dar fe de la calidad de la comida en esta ocasión pues no pedimos nada, pero sí puedo decirte que la pizza que le llevaron a los de la par se miraba deli.

Finalmente terminamos la hora de boliche (ya habían más personas en el lugar que cuando llegamos) y nos dirigimos a la salida trasera, por donde entramos, pero no sin antes pasar por los baños. El baño de mujeres me encantó, estaba pulcro y es muy amplio, cuenta con dos lavamanos en el centro y a los lados tiene los sanitarios, que quizá eran unos 4-6. Gabriel me comentó también que los de caballeros estaban muy limpios y amplios. Claro, cuando visitamos los baños nos topamos con las personas que les dan mantenimiento, pero igual, súper bien que lo hagan.

Saliendo del baño nos dimos cuenta de que en la segunda planta cuentan con un billar/bar, el que me llamó mucho la atención y le pedí a Gabriel que subiéramos a echarle un vistazo. Se llama Stones Sports Bar, entramos y es pequeño, pero muy bonito, sentí por ese minuto que entramos, que estaba en un billar de los Estados (así sin paja). Es un billar cerrado y con aire acondicionado, eso sí, es permitido fumar, por lo que si no fumás pues te va a incomodar el olor o en el mejor de los casos sólo vas a salir con el pelo y la ropa ahumados... Y, pues, nos prometimos con Gabriel regresar algún finde a ver qué tal el billar y nos dirigimos al carro.

Recomendaciones de Ariana:

El boliche es definitivamente un lugar familiar, donde los niños la pasan excelente; sin embargo, también uno de adulto termina envolviéndose en este ambiente y terminás pasando un buen rato. Me parece que los precios son accesibles ($10 por persona con comida incluída) o aún más accesible si el grupo es grande. No olvidés llevar calcetines, pues son necesarios para poder jugar, sino te tocará comprar un par ahí y si sos chera, las uñas acrílicas o postizas seguramente te van a quedar en la bola, así que no es recomendable: yo me quebré una uña natural. Los baños, como te repito, súper limpios y amplios y el lugar en sí es seguro y agradable. Finalmente, quedo pendiente con el review que definitivamente le haré al billar (Stones Sports Bar).

jueves, 20 de agosto de 2015

Las Cabañas de Apaneca

Íbamos camino a Apaneca con mi papá y mis primos a eso de las 9 de la mañana, por lo que decidimos pasar a desayunar a algo que nos quedara en el camino: Las Cabañas. Nos parqueamos y entramos, el clima súper heladito, muy rico. El local tal como lo recordaba: amplio, bonito, con esa apariencia de cabañita de ladrillo... Bueno, nos fuimos a la parte de afuera, del jardín.










Esta parte es muy bonita, la vista es muy agradable, podés ver los jardines con los que cuentan y el clima que le adorna. A esa hora que llegamos sólo habían 2 mesas ocupadas, el local estaba solo. Llegó rápidamente a atendernos una mesera y nos dijo: "¿Qué van a querer, desayuno?" Ay no, haha, sólo gente especial me atiende a mí. Bueno, después de contestar esa capciosa pregunta nos dispusimos a ver el menú que enseguida nos llevaron. Este menú es muy limitado, ni siquiera cuentan con un plato de frutas, por lo que ordenamos desayunos típicos ($4.50).


En lo que esperábamos por la comida, que fue muy poco tiempo, fui a dar mi caminadita por el jardín a disfrutar del delicioso clima (luego de ir a la camioneta por mi suéter, claro). Súper rápido nos llevaron el desayuno, se miraba rico y nosotros honestamente andábamos hambrientos. Lo único que no me gustó mucho fue el huevo picado, pues como que se les había pasado de sal y los plátanos que estaban algo verdes, por lo demás, pues me quitó el hambre. El café no cuenta con refill, lo que es una lástima, en especial porque el clima es muy fresco y el café se enfría con mucha rapidez.

Finalmente, tuve que visitar el baño de damas para lavarme las manos (hay uno en los jardines y otro adentro) y entré al local en busca de este. El sanitario se encontraba muy limpio y el agua me dio hasta escalofríos de lo heladita que estaba. Cero quejas aquí. Cuando regresé a la mesa ya habían llevado la cuenta, lo que culminó la visita médica al local y nos retiramos.

Recomendaciones de Ariana:

Si vas camino a Sonso o a Apaneca en sí, es un restaurante que tenés que visitar si nunca lo has hecho. La verdad el local es muy bonito y agradable y el clima como ya te imaginarás, delicioso. Si sos una persona friolenta como yo y vas temprano, tendrás que llevar un suéter o algo. Por lo demás, si a desayunar es que vas, considerá que la variedad de los platillos no es mucha y no cuentan con desayunos light (o de fruta siquiera) y el café no cuenta con refill. Por lo demás, creo que la pasarás muy bien en un ambiente rodeado de naturaleza y frescura.

martes, 18 de agosto de 2015

Restaurante La Marea - El Obispo, La Libertad

Ah, no les he contado: para la semana de vacas no tuvimos mayor chance de salir  de la capital que irnos al mar que irnos a no sé donde... por lo que el jueves nos dimos una escapadita para aunque sea comer oliendo la arena. Eran cerca de las 3 de la tarde cuando estábamos llegando a La Libertad, y ya te podrás imaginar ese tráfico en esos días, por lo que le dije a Gabriel que no nos diéramos paja, que El Zonte y El Tunco quedaban fuera del juego.

Por ello, es que decidimos quedarnos cerca de esa zona, para no bajar más, pues pudimos ver esa trabazón para subir de regre a la ciudad. Justo después de El Faro queda El Obispo, poca gente de mis conocidos se lo puede o frecuenta, pero yo sí había ido varias veces con mi familia en aquellas épocas de papi aquí y papi allá, así que le dije a Gabriel que fuéramos ahí a comer algo frente al mar.

Para nuestra sorpresa estaba como que era un día normal, como que no era vacación y como que no era el mar. Cuando llegás ahí siempre se te acerca un par de bichos a decirte que te cuidan el carro y a invitarte a entrar al negocio del que son parte. Bueno, decidimos probar este local al que nunca habíamos ido, cuyo nombre es La Marea. Nos llamó la atención porque se miraba incluso de dos plantas y tenía música.

Entramos y decidí ir a husmear a la segunda planta, si no nos quedamos ahí era porque de las tres mesas que estaban a la orilla con vista al mar sólo la de en medio estaba vacía y al haber varias personas en cada una, pues quedaríamos algo apretados. Nos decidimos por una mesa de orilla de la primera planta. Nos llevaron el menú, este es muy variado: tenía platos caros así como económicos (te dan la opción de hacerte el combito). También pudimos ver que hay baldes de cerveza, por lo que pedimos el de cheros (Pilsener $6.00). Pudimos ver también que hay baldes de Corona y Heineken para los que se la pican ($13.50). Y luego nos fuimos por la comida: compartimos un "Plato variado especial" ($8.95) y un coctel de conchas ($7.95).

En lo que esperamos que nos llevaran la comida, estuvimos observando el place. Tienen haraganas disponibles por si te querés ir a broncear a la playa o a echarte tu cervecita frente al mar. El local en sí era agradable y abierto. El servicio fue excelente, el mesero muy amable y eficiente y hasta nos ayudó con el hielo y el limón extra sin peros.

Luego nos hicieron llegar dos mariscadas pequeñas, que eran gratis por la compra del balde. Después nos llevaron la comida, platos muy grandes. Sin embargo, para comenzar ese plato variado nos lo dieron con Doritos® encima, lo cual no sólo no se miraba bien, sino que no combinaban los sabores, debían ser nachos simples. Las conchas por otro lado estaban muy frescas y, como era de esperarse, ricas. A la comida le doy un 7, pero los platos sí son llenadores, no nos pudimos terminar la comida entre los dos.

Finalmente, al terminar de comer pedimos la cuenta y me dispuse a ir al baño de damas. Iba un poco temerosa, ya que de por sí en los lugares en la playa los baños difícilmente se mantienen limpios (agua, arena y sal). Y para no sorprenderme, el baño no tenía ni luz y a pesar de que era de día, no pude ver mucho, pues era muy cerrado y pequeño. Por lo menos sí había papel higiénico, eso sí. La limpieza del mismo, pues era casi aceptable para ser el mar, pero el lugar no estaba ni lleno, en toda la primera planta éramos los únicos. (3 mesas ocupadas en todo el negocio). Salí de esa cueva y nos fuimos.

Recomendaciones de Ariana:

Es un lugar que queda en la entrada de La Libertad, por lo que es muy accesible y cercano. En cuanto a precios hay variedad de platos y porciones, por lo cual puede ser económico también. Te hacen baldes de cerveza, quedándote cada una a dólar. La comida, lastimosamente no es la mejor, pero no es un lugar al que no regresaría: el servicio fue excelente y rápido y tenés la oportunidad de comer con vista al mar.

lunes, 17 de agosto de 2015

La Domino's Pizza - Zona Rosa

Domingo 3:30 de la tarde y estábamos en lo mejor de "echarla", como dicen en mi pueblo. Pero la estábamos echando tan a lo galán, que ni habíamos tenido energías para comer algo o salir por algo de comer. En eso, aprovechando los antojos de gordos, le dije a Gabriel que deberíamos ir a la Domino's, pues en lo personal, tenía mucho de no probar esta pizza y mi último recuerdo (de este segundo intento que hace esa marca de entrar al país) fue bueno.

¿Recuerdan la primera vez que entró la Domino's Pizza al país? Yo lo recuerdo como si fuera ayer, que estaba en el centro comercial donde ahora está el Burger King Masferrer y contaba incluso con un pequeño parque de diversiones con ruedas para ir a revolver todo después de comer. Ah, buenos tiempos con la family... la onda es que le dije a mi chulis de ir a la Domino's que está en la Zona y agarramos las fuerzas y nos fuimos para allá.

Llegamos a eso de las 4 ya, el lugar queda en el centro comercial (o fila de negocios) frente al McDonald's, el parqueo es bueno, pues no sólo cuenta con los tres espacios de carro que le caben al frente, sino cuenta también con una entrada a otro espacio para poder parquear y que tu carro no quede en la orilla de la calle. Entramos, el local es pequeño y bonito, incluso tenía música de fondo. Sólo había una mesa ocupada y en el counter nos atendieron inmediatamente.

Mientras ordenábamos, me dio mucha curiosidad/risa/sorpresa ver a una empleada preparar una pizza (lo hacen a la vista del cliente) pues ella no sólo le estaba poniendo los toppings (jamón y no sé qué más), sino que también estaba contando los cuadritos de jamón!! Hahaha y al terminar de contarlos todavía le quitó uno "extra" que le había puesto. Bueno, luego de ese gracioso y penoso show, nos dispusimos a servirnos nuestras bebidas desde la fuente de soda y nos fuimos a sentar a la espera de nuestra orden.

El local cuenta con mesas y sillas normales y 3 semi butacas en la pared (butaca del lado de la pared y dos sillas enfrente). Por supuesto agarramos una de estas. Pedimos una orden de pizza grande con nuditos de ajo y dos salsas o aderezos a escoger ($11.99). Mi elección fue pizza delgada de mozzarella y cheddar una mitad y la otra mitad la eligió Gabriel, que fue de jamón canadiense. Estos aderezos que te ofrecen para acompañar la pizza le dan un toque único que no tienen en ninguna otra pizzería, aparte de la mantequilla de ajo como en la Papa John's. Nosotros elegimos uno de Buffalo y otro Ranch.

Nos llevaron la orden a los 12 minutos exactamente (tu orden va cronometrada en una pantalla desde el momento que la pedís y es visible al cliente). Lo que no me gustó es que no cuentan ni con platos ni cubiertos como en otras pizzerías. Te llevan la pizza como que es a domicilio en su caja de cartón y te llevan dos triángulos de cartón en vez de platos (again, como que es a domicilio). Esto me pareció muy incómodo, pues tu pizza casi que quedaba en la mesa si sos como yo que me la como con cubiertos, los que tuve que pedir y me llevaron unos de plástico. Como no era de mi sorpresa, la pizza estaba deli y le dimos vuelta entre los dos con todo y aderezos. Terminamos y nos marchamos.

Recomendaciones de Ariana:

El local no pasa lleno y te atienden súper rápido. Podés incluso ver en una televisión el proceso de tu orden y el tiempo que ha pasado del tiempo prometido. Si no has tenido la oportunidad de probar la pizza, te la recomiendo, es muy deliciosa y podes incluso enriquecer su sabor con la variedad de aderezos que te ofrecen. El único inconveniente es que en el mismo local  no te sirven tu comida en platos, creo que no se toman la molestia en tener que lavar nada. Por lo demás, tri recomendada, es una pizza rica, rápida y fuera de lo común (aderezos y toppings).

miércoles, 12 de agosto de 2015

San Martín - C.C. El Paseo

A eso de las 9 de la mañana fuimos a desayunar mi papá, mi hermano Luis y yo, justo antes de ir a dejar a Luis al aeropuerto. Por temas de conveniencia, ya que estábamos en el centro comercial El Paseo, nos quedamos a desayunar en San Martín, que para variar estaba cuche y nos tocó quedarnos en la parte de afuera, en una de las 3 mesas vacías.
Muy amablemente nos dió los buenos días una mesera y nos llevó el menú. A todo esto, yo me senté con la esperanza de que el calor que llevaba era pasajero, porque estaba haciendo un calor del demonio. A todo esto, estábamos revisando el menú, que es muy variado y rico en la realidad, no era mi primera visita al restaurante. Mi papá, como siempre de light, se decidió por una orden de frutas ($4.05), que solicitó a la mesera serciorarse de que fuera fruta "fresca" y avena ($2.20), Luis se fue por un Desayuno Motuleño que es el de los huevos con salsa ($7.25) y yo por un Desayuno Casero ($6.40) ah, y mi papá tuvo que pedir un café americano aparte ($1.40), pues no lo incluye su desayuno, a menos que sea desayuno completo como el de mi hermano y yo.

A todo esto, nos pusimos a platicar y nos llevaron las bebidas y el pancito en lo que esperábamos el desayuno en ese calor infernal (el centro comercial por ser abierto, de por sí no cuenta con aire acondicionado, pero estar comiendo así la verdad es muy incómodo). Luego tuve que levantarme al baño de damas, que me tocó ir al del centro comercial, que queda hasta el otro lado, pues el restaurante no cuenta con uno.

Al regresar a la mesa, vi que la comida estaba siendo servida, y todo se miraba en orden, hasta que mi papá se fijó en la piña que le habían servido en su plato, pues a pesar de que él mismo solicitó fruta fresca (cuando es algo OBVIO) se la llevaron toda magullada, como que tenía su par de meses en cocina. Vino mi papá y le dijo a la mesera: "La piña está pasada" y la mesera contestó: "No le gusta así?" HAHAHA no lo podíamos creer, sólo nos matamos de la risa con Luis y mi papá como es tan tranqui sólo se quedó con cara de "Ah?!" y se la hartó igual.



Finalmente terminamos de comer, mi papá esperanzado de que no le fuera a dar curso y yo con altos deseos de largarme de ese pequeño infierno. Pidió Luis la cuenta, la pagó y nos largamos inmediatamente.


Recomendaciones de Ariana:

A mí en lo personal me desespera mucho el calor, ya no digamos para poder comer en él, y este centro comercial es muy caliente por lo general. El San Martín de este lugar no es muy amplio de adentro, por lo cual casi siempre pasa lleno y toca sentarse afuera, donde es aún más caliente (a veces ni encienden el aire acondicionado de adentro). Por lo demás la comida es muy rica, sólo es de tener cuidado si vas a pedir fruta, porque no siempre es fruta fresca la que sirven.

martes, 11 de agosto de 2015

China Town

Para recordar las épocas de mi adolescencia en las que íbamos con mis papá y mi hermano a comer juntos, es que decidí ir al China Town, que es este lugar de comida cantonesa que queda en el Paseo General Escalón desde hace uuuu... Y como la Ariana para variar andaba que le rugían, fui con Gabriel a darnos aquella, pues yo recuerdo que es un lugar de donde salís muy satisfecho. Llegamos a eso de las 2 de la tarde y en el local en sí no había parqueo disponible (de hecho cuentan con espacio para unos 6 carros solamente) así que lo dejamos en la calle orillado y entramos.

El local de hecho no es muy grande, pero cuenta con mesas tanto adentro como en una terracita frente al parqueo que da a la calle y el local es ambientado adecuadamente para su concepto. Entramos y notamos quizá unas 7 mesas ocupadas, es un restaurante que siempre ha contado con la afluencia de varios clientes. Y bueno, nos dispusimos a ordenar, pues inmediatamente nos atendieron y nos llevaron el menú, en lo que mirábamos qué pedíamos, ordenamos la bebida (talvez así nos calmábamos el hambre descomunal).

Algo que fue demasiado conveniente para nosotros es que el servicio que nos dieron fue muy rápido, a pesar de que el mesero que nos tocó era más serio que Gómez Addams. Eran justamente las 2:15 pm cuando ordenamos y a las 2:19 ya nos estaban llevando la orden de Wantan ($2.75). Asimismo pedí palillos chinos para cuando llevaran mi comida. Unos cuantos minutos después nos estaban llevando el Chao Min Mixto ($7.45) y el Pollo al Curry ($6.30) que habíamos ordenado. Tardaron 10 minutos en completar nuestra orden, excelente!


Dejame contarte que esta orden que te acabo de contar es la exacta orden que hacíamos con mi familia hace añales, con la diferencia que no pedimos arroz blanco. Es una hartazón deliciosa, ese Chao Min lleva vegetales, pollo, carne y camarón, y ese Pollo al Curry es algo formidable. De verdad recomendadísimo. Lo único que en esta ocasión el Chao Min lo sentí como si lo habían sobrecocido, pues estaba algo masoso. Pero a pesar de esto, no dudamos en darle con todo. Los platos además, son grandes, cada plato es para compartir y en promedio es para 2-3 porciones.


Finalmente, antes de largarnos, tuve que visitar el baño de damas. Este, lastimosamente podría tener un aspecto más limpio, creo que es hora de una pequeña remodelación del mismo. Sin embargo, no era un sanitario que no pude utilizar. Regresé a la mesa, pedimos la cuenta e inmediatamente nos la llevaron.

Recomendaciones de Ariana:



Si visitás el restaurante en horas pico, el carro muy probablemente tendrá que quedar en la calle anexa. Por lo demás, la comida del restaurante es excelente y muy abundante; si andás con hambre y ganas de comer algo rico, te lo recomiendo al 100 por 100; el menú es variado, cuenta con carnes, pollo, arroces, sopas, pato, cerdo, etc. Aparte de eso, el servicio es muy bueno, pues no me puedo quejar de él, me atendieron súper rápido y no tuve queja alguna con la orden.




lunes, 10 de agosto de 2015

States Diner

Jueves en la mañana y decidimos con Gabriel ir a probar este place al que nunca habíamos ido. He pasado tantas veces por el Paseo General Escalón, lo he visto a la par de Herbalife y siempre me quedó la intriga, así que me quité las ganas yendo por un desayuno. El mismo nombre del local te indica el tipo de comida que venden: de la que se hartan los gringos. Fuimos a buenas 7 de la mañana (un poquito pasadas las 7) y entramos. En el parqueo no había ningún otro carro (el parqueo alcanza como para 6 carros) y en la puerta principal decía algo así como: "We don't have WiFi, talk to each other". Bueno, pensé que era una broma y entramos.
 
El local es amplio y con aire acondicionado, sin embargo al nomás pasar el como "lobby" que tiene, tuvimos un choque visual tan fuerte que con Gabriel solo nos volvimos a ver como que WTF?! Ahora te explico: el logo del local es tri gringoamericano, su bandera, sus colores y casi que le sampan un águila también. Pero cuando entramos vimos estos colores y muebles como que si entramos a una heladería de 1820; colores pasteles, cuadros de Mickey Mouse y la Minnie con los mismos tonos y unos asientos que, si hubieran sido de diferente color los hubiera dejado pasar para el concepto, por buscar ser un auténtico diner.

Y bueno, nos decidimos to give it a shot. Mientras hojeábamos el menú, pudimos percibir que sí cuentan con un menú gringo auténtico (me refiero a la comida) y también cuentan con una sección infantil. En la parte de atrás del menú pude leer que ellos tienen una fundación llamada "SusHijos" que se dedica a hacer labor social construyendo casas para los más necesitados, tipo TechoParaMiPaís, que me parece excelente. Bueno, mientras nos decidíamos, nos ofrecieron café negro ($1.50), y luego de hacernos saber que contaba con refill, nos lo llevaron. Así como a mí me gusta una cerveza o una soda bien helada, necesito que mi café esté caliente, no como que es sopa del día anterior. Ese café no me lo pude tomar, tuve que pedir cambio y le hice saber al amable mesero el porqué.


Luego se me ocurrió preguntarle al mesero si en realidad no contaban con WiFi y me dijo que no, que el propósito de ellos es la comunicación entre personas y bla bla bla. Stupid shit if you ask me, ¿qué hay si necesito trabajar o si ni siquiera voy con alguien? Te cierran la opción. Y bueno, nos decidimos por ordenar algo entonces: Gabriel pidió un Breakfast Sandwich ($5.50), que estaba pasable, nada del otro mundo, y yo pedí unos Customized Pancakes ($5.00) que me llamaron la atención porque vos podés escoger el relleno y el topping, yo los pedí rellenos de banana y Nutella de topping.

Yo no tuve la necesidad de ir al baño de damas, sin embargo Gabriel sí fue al de caballeros, que cuenta con un sólo sanitario y estaba limpio, sin emabrgo también tenía ese look como antiguo, con azulejos blancos hasta la mitad y el lavamanos y las puertas también estaban como viejitos. Finalmente pedimos la cuenta y nos llevaron el post también para poder pagar desde la mesa. Pagamos y nos fuimos, dejando a unas 3 ó 4 mesas más que ya se habían ocupado para entonces y fue que nos dimos cuenta que sí tienen afluencia de personas, más que al salir vimos el parqueo lleno.


Recomendaciones de Ariana:

Si por A o B motivo necesitas uso de internet inalámbrico es una malísima opción, pues estos ya están peor que los Mister Donut con ese WiFi cholerix que tienen, porque estos ni siquiera tienen uno. Por lo demás, cuentan con precios ni muy muy, ni tan tan (con unas 6-7 bolas la hacés para vos) y los meseros son muy amigables. Sin embargo, quizá la ambientación interna del local no es la mejor, creo que el dueño a pesar de ser gringo, no las craneó bien del todo con esa parte. Ah, y por supuesto, si andás de light, olvidaaate loco.