Y bueno, como te había comentado, este finde tuve la oportunidad de ir a un nuevo hotel de playa para mí. Mi prima se ganó una estadía de dos días una noche para dos personas, así que ni siquiera tuvimos que gastar en el hospedaje. Decidimos ir este finde, aprovechando que Gabriel tuvo que salir del país el sábado, por lo que lo fuimos a dejar al aeropuerto y seguidamente nos fuimos a Las Hojas, que queda justamente en la playa La Paz, cerca del aeropuerto.
El camino a este hotel es algo feo, sí está señalizado, pero no es calle pavimentada y es un tramo algo largo el que hay que pasar por este camino sin iluminación, por lo que no es recomendable atravesarlo de noche. Cuando finalmente llegamos, nos dimos cuenta de que el hotel lo mantienen cerrado, por lo que pensamos que no era la entrada principal e inicialmente nos pasamos. Luego entramos y nos fuimos a hacer el check-in, nos pusieron unas pulseras de plástico y nos dejaron entrar. Pudimos quedar registradas, sin embargo el cuarto lo entregaban hasta las cuatro de la tarde, por lo cual nos fuimos a conocer el hotel y a caminar en lo que se dieron las cuatro.
El complejo es muy bonito, cuenta con animales enjaulados como un "mini zoo" regados en toda el área pública. También hay una piscina en el área común y otra después del restaurante. Fuimos a ver el restaurante también, pues ahí íbamos a tener que cenar, ya que no era permitido el ingreso de alimentos. Finalmente, los cuartos que de hecho son bunglows, están rodeados de áreas verdes, lo que los hace muy atractivos.
Se llegó la hora y nos entregaron el cuarto, tuvimos que llevar el carro, pues cada bungalow tiene su espacio reservado de parqueo, lo que le da un gran plus. El bungalow cuenta con 2 hamacas afuera y por dentro una cama matrimonial, aire acondicionado, televisión, un baño amplio y un walk-in closet.
El aire acondicionado ya lo tenían encendido para nosotras y al nomás entrar sentimos olor a cigarro, lo que indica que no es prohibido el fumar adentro del cuarto. Esto me parece inapropiado, pues alguien que no fume le molestará el fuerte olor que se siente al entrar.
Luego nos llegó la hora de ir a cenar al restaurante, este queda al otro lado de la calle, está unido por un puente de palapa. Entramos y vimos que había música en vivo, lo que nos pareció muy bonito, el tipo cantaba bien. Nos sentamos e inmediatamente nos llegaron a dejar el menú. Mi prima se fue por un churrasco ($13.99) y soda ($1.95) y yo por un pollo en salsa de hongos ($11.50) y un litro de agua ($2.75), exagerado.
Pedimos de entrada unas papitas
fritas, porque el hambre estaba perra, y nos las llevaron rápidamente. Cuando nos llevaron los platos principales, nos dimos cuenta que las papitas fue lo que más nos gustó. El churrasco daba risa (tamaño y sabor de la carne) y mi pollo dejaba mucho que desear, no me lo pude ni terminar, esa salsa de hongos estaba fea y espesa como que era puré. Y para más fregar, pregunté si tenían room service para que nos pudieran llevar cafecito en la mañana con algo dulce y nos dijeron que sólo por llevarlo teníamos que pagar extra $5.75... No senkiu.
El día siguiente en la mañana nos dimos cuenta de en la piscina había un payaso animando y anduvimos conociendo un poco más. Vimos que había un cuarto con mesas de billar, estaba súper descuidado, tanto el cuarto como las mesas, aparentemente no le dan mantenimiento, así que no nos fue atractivo quedarnos ahí. Nos fuimos de regreso al cuarto, ya que teníamos hambre y por suerte habíamos llevado un pan de caja y queso en una hielera con la esperanza de poder entrarlo. No había forma de que yo regresara a gastar un dólar más en ese restaurante. Luego nos dirigimos a la playa a caminar un rato y a bañarnos, y así finalizó nuestra estadía.
Finalmente, fuimos a hacer el check-out, pues a las 2 de la tarde había que regresar la habitación, llegamos a recepción y tuvimos que esperar que revisaran el bungalow para poder pagar la cuenta. Aprobaron la habitación y nos dispusimos a pagar la carísima comida (si hubiera sido buena cocina, los precios estarían bien para un hotel de playa; a excepción de el agua, ni que fuera Perrier). Luego, por el teléfono, le informaron al señor de recepción que habíamos dejado un bolso en el bungalow, por lo que nos fuimos inmediatamente al cuarto, pero no había nada, llamé desde ahí a recepción y ya estaba ahí mi lindo bolso. Fuimos luego a recogerlo y nos vinimos de regreso a San Salvador. En el camino de regreso entendimos por qué mantienen ese hotel cerrado todo el día, y es porque toda esa área tenía grandes 18 en las pocas paredes que habían en lo que parecían ser ranchos abandonados, no había un sólo rancho en uso, sin lugar a dudas es un área peligrosa.
Recomendaciones de Ariana:
El lugar en sí es muy bonito, los bungalows también. El restaurante verdaderamente no lo recomiendo, es muy caro para lo que ofrecen. Sin embargo, no es un lugar donde te registran las maletas, por lo que sí podés llevar tu bebida, comida e incluso hielera sin problema alguno, claro, siendo prudente cuando la metás a la habitación. El servicio no estuvo mal, al menos en el restaurante, que fue la única vez que no requerimos y al final de nuestra estadía, al regresarme el bolso que había olvidado en la habitación. En pocas palabras, vale la pena visitarlo, creo que hay que ser socio para poder hospedarte (membresía), ya sólo sería de ver el costo de ese derecho.
Este blog lo he creado con la intención de compartir mis experiencias a la hora de visitar los diferentes lugares de El Salvador (específicamente San Salvador y sus alrededores) llámese negocio, bar, restaurante, centro de recreación, agencia, etc., con el fin de poder generar mejora contínua en los mismos, al expresar honesta y abiertamente la buena o mala experiencia que me generaron y la gente saber qué esperar de los mismos. Cualquier comentario es bienvenido!
lunes, 27 de julio de 2015
domingo, 26 de julio de 2015
Munchies Machine
Viernes por la noche y salimos con Gabriel con intenciones de ir al cine. Yo había comido en el trabajo, por lo que no llevaba nada de hambre. Él, sin embargo, andaba que le rugían las tripas, por lo que decidimos pasar por algo rápido antes de la película. En vista del corto tiempo que teníamos, recordé estos camioncitos que se ponen ahí por el Sheraton, a los que nunca habíamos ido, así que le sugerí ir a probar y eso hicimos.
Al llegar, un señor de los que cuida carros por ahí nos dijo de parquearnos frente a una tienda de traje de baños, de hecho en el parqueo de esa tienda o centro comercial. Bueno, por lo menos el carro no quedó en la calle ni lejos. La onda es que nos bajamos y nos dimos cuenta de que no sólo era un camioncito, sino tres. El primero que vimos fue el Che Mafalda, que por lo lleno que estaba nos imaginamos que ha de ser muy rico, sin embargo no había ni donde sentarse y no andábamos con tiempo, por lo que nos fuimos al que le seguía, que sólo tenía a dos personas ahí.
Y este que le seguía era el "Munchies Machine", que quedaba pegadito a otro carrito cuyo nombre es "Hungry-mergency 911". Vimos en el menú (pintado en la carrocería) que cuentan con Hot Dogs ($1.25-$2.25), Choripán Argentino ($3.00), Hamburguesas ($3.50-$5.00) y Sandwiches ($1.50-$3.50). Gabriel no estaba muy convencido, pero a falta de opciones y de tiempo, ordenó una hamburguesa: La Sifrina ($4.50) que llevaba cebolla caramelizada. En lo que esperábamos que nos entregaran la hamburguesa, nos pusimos a ver qué vendían en el Hungry-mergency 911.
El menú de este carrito no era tan variado, sólo cuenta con quesadillas, corn dog, papitas fritas, sandwich y hamburguesa. Cuando vi el corn dog, me remonté a la vez que comí este peculiar snack gringo en San Francisco, y le hice el comentario a Gabriel de lo mucho que me gustó. Yo no había terminado de contarle la historia cuando él ya había ordenado uno, pues moría del hambre. Le entregaron el corn dog casi inmediatamente ($1.75) y se lo terminó enseguida. A Gabriel le gustó mucho y le pareció un buen snack.
Finalmente nos entregaron la hamburguesa y Gabriel ordenó una lata de Coca-Cola ($0.75). La hamburguesa se miraba grande y, para el hambre de aquél que te cuento, estaba como anillo al dedo. Al no ver a Gabriel satisfecho con el sabor de la hamburguesa, me vi obligada a probarla para poder comentar acerca de esta. Honestamente, la hamburguesa no tenía ninguna gracia, el sabor de la carne me hizo recordar las hamburguesas al carbón del Biggest del '97. Una torta de carne con un sabor bien casero, nada especial honestamente, pues la cebolla ni estaba caramelizada, por lo que su precio es muy elevado.
En lo que estuvimos sentados ahí (comiendo incómodamente, pues no hay ni mesas), escuchamos a la que asumimos es la dueña (también la que cobra y la que pasa la orden) y no paraba de hablar de que ella era venezolana y que en este país no le daban trabajo a los venezolanos y que ella le daría prioridad a un venezolano que un salvadoreño para trabajar con ella. La verdad su tono no nos gustó mucho, pues se estuvo quejando del país y eso sí me molesta mucho en lo personal. Bueno, dejando eso de un lado, Gabriel terminó de comerse la hamburguesa y decidimos irnos. Al pasar frente a la señora y decirle buenas noches, sacó su cara por la ventana del camión y con humo saliendo de su boca nos dijo: "bueno, ¿qué le pareció?" y yo mejor me quedé callada, sólo volví a ver a Gabriel, quien le dijo: "Llena!" y luego ella le preguntó, un tanto indignada: "¿Llena?" y Gabriel volvió a asentir: "Sí, llena!", nos alejamos y nos morimos de la risa en el carro. La verdad era difícil decir que estaba rica aunque sea por educación, cuando no era así ni remotamente.
Recomendaciones de Ariana:
Si lo que te urge es comer sin andar de gustoso, te lo recomiendo, al menos esa hamburguesa estaba llenadora. Pero la verdad, su sabor deja mucho que desear, ya disfrutó más Gabriel el corn dog del otro camioncito. En cuanto al lugar, si no te importa comer parado o en el aire, no tendrás problema alguno, pues no cuentan ni con una sola mesa. Asimismo, al quedar al aire libre, asegúrate de que no haya señales de lluvia, pues no tienen ni toldo ni nada. Yo, personalmente, no le doy el okay, iré próximamente a probar el Che Mafalda que se miraba más prometedor.
Al llegar, un señor de los que cuida carros por ahí nos dijo de parquearnos frente a una tienda de traje de baños, de hecho en el parqueo de esa tienda o centro comercial. Bueno, por lo menos el carro no quedó en la calle ni lejos. La onda es que nos bajamos y nos dimos cuenta de que no sólo era un camioncito, sino tres. El primero que vimos fue el Che Mafalda, que por lo lleno que estaba nos imaginamos que ha de ser muy rico, sin embargo no había ni donde sentarse y no andábamos con tiempo, por lo que nos fuimos al que le seguía, que sólo tenía a dos personas ahí.
Y este que le seguía era el "Munchies Machine", que quedaba pegadito a otro carrito cuyo nombre es "Hungry-mergency 911". Vimos en el menú (pintado en la carrocería) que cuentan con Hot Dogs ($1.25-$2.25), Choripán Argentino ($3.00), Hamburguesas ($3.50-$5.00) y Sandwiches ($1.50-$3.50). Gabriel no estaba muy convencido, pero a falta de opciones y de tiempo, ordenó una hamburguesa: La Sifrina ($4.50) que llevaba cebolla caramelizada. En lo que esperábamos que nos entregaran la hamburguesa, nos pusimos a ver qué vendían en el Hungry-mergency 911.
El menú de este carrito no era tan variado, sólo cuenta con quesadillas, corn dog, papitas fritas, sandwich y hamburguesa. Cuando vi el corn dog, me remonté a la vez que comí este peculiar snack gringo en San Francisco, y le hice el comentario a Gabriel de lo mucho que me gustó. Yo no había terminado de contarle la historia cuando él ya había ordenado uno, pues moría del hambre. Le entregaron el corn dog casi inmediatamente ($1.75) y se lo terminó enseguida. A Gabriel le gustó mucho y le pareció un buen snack.
Finalmente nos entregaron la hamburguesa y Gabriel ordenó una lata de Coca-Cola ($0.75). La hamburguesa se miraba grande y, para el hambre de aquél que te cuento, estaba como anillo al dedo. Al no ver a Gabriel satisfecho con el sabor de la hamburguesa, me vi obligada a probarla para poder comentar acerca de esta. Honestamente, la hamburguesa no tenía ninguna gracia, el sabor de la carne me hizo recordar las hamburguesas al carbón del Biggest del '97. Una torta de carne con un sabor bien casero, nada especial honestamente, pues la cebolla ni estaba caramelizada, por lo que su precio es muy elevado.
En lo que estuvimos sentados ahí (comiendo incómodamente, pues no hay ni mesas), escuchamos a la que asumimos es la dueña (también la que cobra y la que pasa la orden) y no paraba de hablar de que ella era venezolana y que en este país no le daban trabajo a los venezolanos y que ella le daría prioridad a un venezolano que un salvadoreño para trabajar con ella. La verdad su tono no nos gustó mucho, pues se estuvo quejando del país y eso sí me molesta mucho en lo personal. Bueno, dejando eso de un lado, Gabriel terminó de comerse la hamburguesa y decidimos irnos. Al pasar frente a la señora y decirle buenas noches, sacó su cara por la ventana del camión y con humo saliendo de su boca nos dijo: "bueno, ¿qué le pareció?" y yo mejor me quedé callada, sólo volví a ver a Gabriel, quien le dijo: "Llena!" y luego ella le preguntó, un tanto indignada: "¿Llena?" y Gabriel volvió a asentir: "Sí, llena!", nos alejamos y nos morimos de la risa en el carro. La verdad era difícil decir que estaba rica aunque sea por educación, cuando no era así ni remotamente.
Recomendaciones de Ariana:
Si lo que te urge es comer sin andar de gustoso, te lo recomiendo, al menos esa hamburguesa estaba llenadora. Pero la verdad, su sabor deja mucho que desear, ya disfrutó más Gabriel el corn dog del otro camioncito. En cuanto al lugar, si no te importa comer parado o en el aire, no tendrás problema alguno, pues no cuentan ni con una sola mesa. Asimismo, al quedar al aire libre, asegúrate de que no haya señales de lluvia, pues no tienen ni toldo ni nada. Yo, personalmente, no le doy el okay, iré próximamente a probar el Che Mafalda que se miraba más prometedor.
miércoles, 22 de julio de 2015
Al Pomodoro - San Benito
Y como te conté que mi prima nos está visitando de "los Estados", es menester que la saque en mi tiempo libre a dar una vueltita y comer rico. Fue entonces que recordé que yo de por sí tenía ya mi rato de no ir por una buena comida italiana, y se me vino a la mente Al Pomodoro. Es por eso que no dudé en plantearle la idea y ella, sin pensarlo dos veces, asintió.
Esta vez, Gabriel no pudo acompañarme, pues estaba atendiendo cuestiones del trabajo, así que sólo fuimos mi prima y yo. Llegamos a eso de las 8:15 pm, el lugar aparentemente estaba lleno, pues a duras penas encontré parqueo en medio de la calle que lleva al Sheraton (Ave. La Revolución), ya que el restaurante de por sí no cuenta con más parqueo que la cuneta frente al mismo.
La onda es que entramos, el restaurante es muy elegante por dentro, de cierto modo te transporta a alguna placita en Italia. Los meseros eran muy atentos y educados. Nos ubicaron en una mesa que no fue de mi preferencia pero fue la única o mejor opción que tuvimos. No me gustó mucho porque quedaba como en una salita justo en medio de otras y quedaba un poco en el camino (y para más fregar, camino al baño). Pero bueno, a más no haber, nos sentamos e inmediatamente nos llevaron el menú para poder elegir qué comer.
Pedimos como entrada un carpaccio de salmón para compartir, yo pedí una pizza que no recuerdo exactamente su nombre, pero llevaba cebolla caramelizada y hongos, que fue lo que me llamó la atención y mi prima ordenó una pizza con tomate y albahaca (esa es la Margarita, si no me equivoco). Bueno, en lo que nos servían la comida estuvimos devorando un pan recién horneado que te sirven desde que te sentás, te lo sirven con una porción de queso parmesano y -adicional a esto- te ponen un poco de un "chile de la casa" para que lo degustés y podás estar más cerca de comprarlo. Te quiero contar que este chile me encantó, tenía ese saborcito rico que asaber cómo lo logran para las Buffalo Wings... algo delicioso para mí, que me encanta el chile.
Más tarde, al haberle dado fin a ese pan, queso y chile, nos llevaron la orden. El carpaccio estuvo exquisito, nos quedó en la muela, como dicen. La pizza de mi prima fue otra, que mientras se la estuvo comiendo, no dijo una sola palabra. Mi pizza, por otro lado, no fue de mi preferencia. Los hongos eran grandes y literalmente secos, y esa cebolla caramelizada de por sí era dulce -como era de esperarse- pero adicional a eso, la pizza llevaba otro tipo de salsa dulce agregada por el cocinero, que realmente no nos gustó. Bueno, eso fue lo que me hizo quererle poner un poco más de ese chile, lo pedí y me llevaron una micro porción más.
Aproveché esta ocasión para preguntarle al que parecía ser el supervisor de meseros, por su atuendo, qué tipo de chile llevaba este "chile de la casa" tan delicioso. Me refiero con chile al fruto u hortaliza utilizados. Él sólo me contestó que era una receta de la casa. Una vez más le pregunté que cuál era el TIPO de chile que usaban para hacerlo. Nuevamente, su respuesta fue: "señorita, es receta de la casa, fíjese". Después de esta segunda vez, decidí ya no volverle a preguntar, pues podría mi tono no ser el apropiado y decidí preguntarle a otra persona que sí supiera cómo hacen su chile de su casa. Y justo cuando pasó otro mesero, muy sonriente y amable, le pregunté que si sabía qué tipo de chile usaban para esta salsa picante, o que si eran varios tipos de chiles, como jalapeño, morrón, habanero, manzano, etc. Y él, con más inocencia que la de un niño, me dijo que no lo preparaban ellos, que la base era una salsa que se llama Frank's. Ahhh no, ahí se unieron todos los puntos de la vida.
¿Te acordás que te dije que sabían tan rico como la peculiar salsa de las alitas? Pues es porque ese chile Frank's lo venden en el PriceSmart, lo amo e incluso ya lo he comprado. Lo que me da cólera es que esta gente sea un fraude cuando se la llevan de Italianos creando su propia salsa de chile cuando en realidad eso es una vil y cruel mentira, y encima venden la botellita a $10.00. No me extrañaría que estuvieran haciendo lo mismo en el Buffalo Wings. Sin decir absolutamente nada y guardarme mis comentarios para el carro, pedimos la cuenta y nos dispusimos a pagar. Te debo los precios exactos, pero en el carpaccio, las dos pizzas medianas y dos botellas con agua, nos salieron alrededor de $30.00. Nos dispusimos a pagar y nos fuimos.
Recomendaciones de Ariana:
La comida es en realidad muy buena y el ambiente dentro del local es muy exclusivo y elegante. Los meseros que te atienden también son muy educados y amables. El menú tiene a su vez suficiente variedad de cocina italiana, no tengo queja alguna ahí.
Lo único que sí te puedo decir es que no botés tu dinero en ese "chile de la casa", por esos $10.00 podes comprarte unos 2 botes industriales de la misma salsa "base" en el PriceSmart. Finalmente, procurá llegar algo temprano si es en hora de comida, para poder dejar tu carro cerca y preferiblemente frente al restaurante.
Esta vez, Gabriel no pudo acompañarme, pues estaba atendiendo cuestiones del trabajo, así que sólo fuimos mi prima y yo. Llegamos a eso de las 8:15 pm, el lugar aparentemente estaba lleno, pues a duras penas encontré parqueo en medio de la calle que lleva al Sheraton (Ave. La Revolución), ya que el restaurante de por sí no cuenta con más parqueo que la cuneta frente al mismo.
La onda es que entramos, el restaurante es muy elegante por dentro, de cierto modo te transporta a alguna placita en Italia. Los meseros eran muy atentos y educados. Nos ubicaron en una mesa que no fue de mi preferencia pero fue la única o mejor opción que tuvimos. No me gustó mucho porque quedaba como en una salita justo en medio de otras y quedaba un poco en el camino (y para más fregar, camino al baño). Pero bueno, a más no haber, nos sentamos e inmediatamente nos llevaron el menú para poder elegir qué comer.
Pedimos como entrada un carpaccio de salmón para compartir, yo pedí una pizza que no recuerdo exactamente su nombre, pero llevaba cebolla caramelizada y hongos, que fue lo que me llamó la atención y mi prima ordenó una pizza con tomate y albahaca (esa es la Margarita, si no me equivoco). Bueno, en lo que nos servían la comida estuvimos devorando un pan recién horneado que te sirven desde que te sentás, te lo sirven con una porción de queso parmesano y -adicional a esto- te ponen un poco de un "chile de la casa" para que lo degustés y podás estar más cerca de comprarlo. Te quiero contar que este chile me encantó, tenía ese saborcito rico que asaber cómo lo logran para las Buffalo Wings... algo delicioso para mí, que me encanta el chile.
Más tarde, al haberle dado fin a ese pan, queso y chile, nos llevaron la orden. El carpaccio estuvo exquisito, nos quedó en la muela, como dicen. La pizza de mi prima fue otra, que mientras se la estuvo comiendo, no dijo una sola palabra. Mi pizza, por otro lado, no fue de mi preferencia. Los hongos eran grandes y literalmente secos, y esa cebolla caramelizada de por sí era dulce -como era de esperarse- pero adicional a eso, la pizza llevaba otro tipo de salsa dulce agregada por el cocinero, que realmente no nos gustó. Bueno, eso fue lo que me hizo quererle poner un poco más de ese chile, lo pedí y me llevaron una micro porción más.
Aproveché esta ocasión para preguntarle al que parecía ser el supervisor de meseros, por su atuendo, qué tipo de chile llevaba este "chile de la casa" tan delicioso. Me refiero con chile al fruto u hortaliza utilizados. Él sólo me contestó que era una receta de la casa. Una vez más le pregunté que cuál era el TIPO de chile que usaban para hacerlo. Nuevamente, su respuesta fue: "señorita, es receta de la casa, fíjese". Después de esta segunda vez, decidí ya no volverle a preguntar, pues podría mi tono no ser el apropiado y decidí preguntarle a otra persona que sí supiera cómo hacen su chile de su casa. Y justo cuando pasó otro mesero, muy sonriente y amable, le pregunté que si sabía qué tipo de chile usaban para esta salsa picante, o que si eran varios tipos de chiles, como jalapeño, morrón, habanero, manzano, etc. Y él, con más inocencia que la de un niño, me dijo que no lo preparaban ellos, que la base era una salsa que se llama Frank's. Ahhh no, ahí se unieron todos los puntos de la vida.
¿Te acordás que te dije que sabían tan rico como la peculiar salsa de las alitas? Pues es porque ese chile Frank's lo venden en el PriceSmart, lo amo e incluso ya lo he comprado. Lo que me da cólera es que esta gente sea un fraude cuando se la llevan de Italianos creando su propia salsa de chile cuando en realidad eso es una vil y cruel mentira, y encima venden la botellita a $10.00. No me extrañaría que estuvieran haciendo lo mismo en el Buffalo Wings. Sin decir absolutamente nada y guardarme mis comentarios para el carro, pedimos la cuenta y nos dispusimos a pagar. Te debo los precios exactos, pero en el carpaccio, las dos pizzas medianas y dos botellas con agua, nos salieron alrededor de $30.00. Nos dispusimos a pagar y nos fuimos.
Recomendaciones de Ariana:
La comida es en realidad muy buena y el ambiente dentro del local es muy exclusivo y elegante. Los meseros que te atienden también son muy educados y amables. El menú tiene a su vez suficiente variedad de cocina italiana, no tengo queja alguna ahí.
Lo único que sí te puedo decir es que no botés tu dinero en ese "chile de la casa", por esos $10.00 podes comprarte unos 2 botes industriales de la misma salsa "base" en el PriceSmart. Finalmente, procurá llegar algo temprano si es en hora de comida, para poder dejar tu carro cerca y preferiblemente frente al restaurante.
martes, 21 de julio de 2015
Pizza Hut - Zona Rosa
Lunes, principio de semana, con todas las pilas puestas y en busca de un delicioso café para poder meterle con todo al work... me dirijo hacia la Pizza Hut de la Zona, con el fin antes mencionado. Llegué un poco antes de las 9:00 am, había suficiente parqueo, teniendo en cuenta que tienen un parqueo amplio (no techado) y una mañana de lunes no se iba a llenar.
Me bajé, y al asegurarme de que no iba a perder mi tiempo (FreeWi-Fi) pues pasé adelante y muy amablemente me recibieron, inmediatamente me ubicaron en una butaca. Ipso facto pedí ese cafecito que como te conté moría por disfrutar. No tardaron en llevarlo. Algo que siempre me ha gustado son los desayunos de la Pizza, son muy completos y hay mucha variedad de donde escoger. Incluso, no hace mucho agregaron una línea "light" para poder disfrutar de un desayuno ligero y con pocas calorías.
Luego de que me había decidido por un desayuno clásico (no puedo arrancar sin unos ricos frijolitos) y una orden de frutas, me dispuse a sacar la laptop y mis materiales para trabajar. Para mi sorpresa, no encontré ninguna red con el nombre del restaurante o alguno que me indicara que era el wifi que alardean desde afuera. Llamé al amable mesero y me dijo, y cito: "va a disculpar, fíjese que hemos estado teniendo problemas con el internet". Quiero hacer énfasis en este grave error de ellos, y ahorita te explico la gravedad: hace unos 10 días fui a ese mismo lugar a desayunar con una prima que vino de los Estados, y la canción fue la misma: "estamos teniendo problemas" y por si eso fuera poco, este cuento me lo dieron también hace más de 6 meses que visité ese lugar y lo recuerdo claramente. Y, por supuesto, se lo hice ver al mesero, no era su culpa, pero por lo menos podría notificar al descuidado gerente lo importante de su falta.
Bueno, tratando de que eso no afectara mi mañana, me dirigí al baño de damas, el cual se encontraba limpio y ordenado. Regresé a la mesa y los meseros estuvieron pendientes del refill de mi café y súper atentos, sabedores de mi descontento con el wifi. Incluso, les pedí luego un licuado de frutas y les pregunté si me lo podían servir con agua en lugar de leche, y me complacieron también. Como a la hora y media de haber llegado, me tuve que retirar, pues tenía un par de cosas pendientes por hacer para las cuales necesitaba internet y no podía trabajarlas ahí.
Recomendaciones de Ariana:
Las instalaciones de esta Pizza Hut son muy bonitas, y el servicio de los meseros es muy bueno, como es característico de este restaurante, sin embargo debo mencionar que ese servicio baja mucho (al menos en este local) cuando la afluencia de personas es mayor, pues no tienen suficientes meseros para cuando el local se llena.
Yo, este día, súper feliz con cómo me atendieron, sin embargo, me parece un descuido muy caro el que no arreglen el problema con el servidor de internet, cuando en mi casa con una llamada basta para que lleguen a ver qué pasa con el router y me lo arreglen. En base a mi experiencia y al tiempo que lleva este problema, no te recomiendo acercarte a esta Pizza si lo que necesitás es el uso de internet, por lo demás, no tengo ninguna queja de esta visita.
Me bajé, y al asegurarme de que no iba a perder mi tiempo (FreeWi-Fi) pues pasé adelante y muy amablemente me recibieron, inmediatamente me ubicaron en una butaca. Ipso facto pedí ese cafecito que como te conté moría por disfrutar. No tardaron en llevarlo. Algo que siempre me ha gustado son los desayunos de la Pizza, son muy completos y hay mucha variedad de donde escoger. Incluso, no hace mucho agregaron una línea "light" para poder disfrutar de un desayuno ligero y con pocas calorías.
Luego de que me había decidido por un desayuno clásico (no puedo arrancar sin unos ricos frijolitos) y una orden de frutas, me dispuse a sacar la laptop y mis materiales para trabajar. Para mi sorpresa, no encontré ninguna red con el nombre del restaurante o alguno que me indicara que era el wifi que alardean desde afuera. Llamé al amable mesero y me dijo, y cito: "va a disculpar, fíjese que hemos estado teniendo problemas con el internet". Quiero hacer énfasis en este grave error de ellos, y ahorita te explico la gravedad: hace unos 10 días fui a ese mismo lugar a desayunar con una prima que vino de los Estados, y la canción fue la misma: "estamos teniendo problemas" y por si eso fuera poco, este cuento me lo dieron también hace más de 6 meses que visité ese lugar y lo recuerdo claramente. Y, por supuesto, se lo hice ver al mesero, no era su culpa, pero por lo menos podría notificar al descuidado gerente lo importante de su falta.
Bueno, tratando de que eso no afectara mi mañana, me dirigí al baño de damas, el cual se encontraba limpio y ordenado. Regresé a la mesa y los meseros estuvieron pendientes del refill de mi café y súper atentos, sabedores de mi descontento con el wifi. Incluso, les pedí luego un licuado de frutas y les pregunté si me lo podían servir con agua en lugar de leche, y me complacieron también. Como a la hora y media de haber llegado, me tuve que retirar, pues tenía un par de cosas pendientes por hacer para las cuales necesitaba internet y no podía trabajarlas ahí.
Recomendaciones de Ariana:
Las instalaciones de esta Pizza Hut son muy bonitas, y el servicio de los meseros es muy bueno, como es característico de este restaurante, sin embargo debo mencionar que ese servicio baja mucho (al menos en este local) cuando la afluencia de personas es mayor, pues no tienen suficientes meseros para cuando el local se llena.
Yo, este día, súper feliz con cómo me atendieron, sin embargo, me parece un descuido muy caro el que no arreglen el problema con el servidor de internet, cuando en mi casa con una llamada basta para que lleguen a ver qué pasa con el router y me lo arreglen. En base a mi experiencia y al tiempo que lleva este problema, no te recomiendo acercarte a esta Pizza si lo que necesitás es el uso de internet, por lo demás, no tengo ninguna queja de esta visita.
domingo, 19 de julio de 2015
Mango's - Bar & Grill
En una de esas noches que andas con ganas de un par y no de tanto relajo, es que decidimos con Gabriel irle a dar la oportunidad a Mango's, ya que honestamente nunca nos había llamado la atención por la apariencia que tiene el local. Cuando digo apariencia me refiero a la poca iluminación de esa calle (Calle Shafick Handal) y a que obviamente es una casa adecuada a local, pero el mismo local cuenta con dos diferentes logotipos, lo que genera un tanto de confusión.
Bueno, la onda es que decidimos ir a ver qué ondas, el parqueo es súper limitado, llegamos a eso de las 9:30 pm y ya nuestro carro quedó encuchando a 3 carros. El local cuenta con 3 áreas: karaoke, bar y área de mesas. Decidimos quedarnos en el área de las mesas, pues había un tipo tocando música en vivo que nos invitaba a quedarnos ahí. Esta área contaba con mesas de madera y sillas de plástico blancas (la mayoría), lo que generaba una vista no tan agradable. El piso era de concreto pulido, y pegado a este estaba el de cerámica que pertenecía al bar contiguo (peor choque visual) y si no fuera suficiente, algunas de las mesas tenían servilletero y otras tenían tubos de papel toalla, como en el Buffalo Wings. Cuando llegamos habían unas 3 mesas ocupadas en total y nadie en el bar (al karaoke no hay acceso visual, pues queda cerrado con A/C).
Pedimos el menú para poder ver qué ofrecían, y en lo que lo hojeábamos, ordenamos un balde de Pilsener ($7.50). Nos lo llevaron sin tardar y esas heladitas estaban de verdad heladas (mil puntos). En lo que degustábamos las refrescantes cervecitas, conversábamos con Gabriel acerca de la buena música que se estaba dando el artista y de lo bien que cantaba (Rolando "El Pitufo"). Al mismo tiempo, en lo que estábamos decidiendo qué pedir de comer, noté que el menú aparte de no tener el contraste necesario para ser legible, la fuente (tipo de letra) era inapropiada, juro que leer ese menú me dio más miopía.
Más adelante, sin aún decidir qué ordenar, comenzó a llover y nos vimos obligados a movernos de mesa, porque a pesar de estar techada el área, en las mesas de la orilla salpicaba el agua. Luego tuve que visitar el baño de damas, el que quedaba contiguo al bar. Llegué y tuve que esperar un mi tanto a dos mujeres más, pues el baño es individual, sólo cuenta con un sanitario. Y bueno, finalmente fue mi turno entrar y no había papel higiénico, tuve que recurrir al poco papel para manos que quedaba en el dispensador. La limpieza del baño era aceptable.
Luego regresé a la mesa con Gabriel, a quien inmediatamente fueron a llamar para que moviera el carro (por primera vez). A su regreso, seguimos disfrutando de la música tan variada del cantante, quien incluso nos invitó a compartir alguna canción con él. La Ariana ni lenta ni perezosa le fue a pedir un par, pero no se podía ninguna, sin embargo no me quedó mal, haciendo un poco de trampa me puso la pista de Karaoke de la última que le pedí y nos la echamos igual (900 puntos).
Más tardecito, ordenamos un segundo balde y aprovechamos a pedir un plato de bocas que llevaba alitas, costillas, jalapeños rellenos y chicharrón, con salsa tártara y apio/zanahoria ($7.00). Nos reportaron que no habían alitas, que nos podían poner más costilla de cerdo en ese caso y nosotros accedimos. En lo que esperábamos por esa segunda orden, fueron nuevamente a llamar a Gabriel para mover el carro, y el local ya se había llenado un poquitito más.
Después, llegó ese plato, ya lo deseábamos mucho pues teníamos algo de hambre. El plato no se miraba mal, sin embargo no fue de nuestro agrado total. Las costillas eran más hueso que otra cosa (no miento un par sólo eran hueso) y la salsa tártara... dejémoslo en que he probado mejores. Para este segundo balde, tuvimos la necesidad de pedir más hielo, pues las últimas dos cervezas ya lo urgían, y el mesero muy amable y sin dudarlo nos llevó más que suficiente hielo (mil quinientos puntos).
Luego, ya casi para partir tuve que visitar el baño de damas nuevamente, esta vez tuve que esperar menos, sin embargo, cuando se desocupó el sanitario y pude entrar, noté que no había papel higiénico ni papel toalla, osea, muchas felicidades a la señorita para quién eso no es inconveniente alguno y que -al tampoco lavarse las manos, pues- lo terminó de comprobar, pero tanto para la Ariana como para el 82% de las mujeres, necesitamos este material a la hora de visitar el sanitario. Así que fui al mesero más próximo a pedirle esto, que fue el bar tender que estaba desocupado. Él hizo una rápida búsqueda de este dentro del bar y al no encontrar, le pidió a otro mesero algo con señas. El mesero se acercó a una mesa vacía y me dio un tubo de papel toalla -casi terminado- de los que utilizan como servilletas.
Bueno, eran eso de las 2 de la mañana y obviamente ya nos teníamos que retirar. Muy amablemente nos despidieron tanto nuestro mesero, como el cantante que ahí seguía (ya no cantando) y nos largamos.
Recomendaciones de Ariana:
En términos de parqueo, te recomiendo llegar temprano, así no vas a tener la incomodidad de estarlo yendo a mover. Si andás con ánimos de música en vivo, así tipo rock en español, inglés y románticas, pues es el lugar indicado (sólo que te sugiero que averigüés -ya sea por FB u otro medio- qué días se va a presentar este músico, pues nos comentó que no era fijo). Aparte de eso, en base a nuestra experiencia, con la comida nos quedaron debiendo, y con la costilla ya no se diga. Las cervezas te las sirven muy heladitas y en resumidas cuentas en ambiente del lugar es muy bueno y los precios andan más o menos igual que en La Taberna Grill.
Bueno, la onda es que decidimos ir a ver qué ondas, el parqueo es súper limitado, llegamos a eso de las 9:30 pm y ya nuestro carro quedó encuchando a 3 carros. El local cuenta con 3 áreas: karaoke, bar y área de mesas. Decidimos quedarnos en el área de las mesas, pues había un tipo tocando música en vivo que nos invitaba a quedarnos ahí. Esta área contaba con mesas de madera y sillas de plástico blancas (la mayoría), lo que generaba una vista no tan agradable. El piso era de concreto pulido, y pegado a este estaba el de cerámica que pertenecía al bar contiguo (peor choque visual) y si no fuera suficiente, algunas de las mesas tenían servilletero y otras tenían tubos de papel toalla, como en el Buffalo Wings. Cuando llegamos habían unas 3 mesas ocupadas en total y nadie en el bar (al karaoke no hay acceso visual, pues queda cerrado con A/C).
Pedimos el menú para poder ver qué ofrecían, y en lo que lo hojeábamos, ordenamos un balde de Pilsener ($7.50). Nos lo llevaron sin tardar y esas heladitas estaban de verdad heladas (mil puntos). En lo que degustábamos las refrescantes cervecitas, conversábamos con Gabriel acerca de la buena música que se estaba dando el artista y de lo bien que cantaba (Rolando "El Pitufo"). Al mismo tiempo, en lo que estábamos decidiendo qué pedir de comer, noté que el menú aparte de no tener el contraste necesario para ser legible, la fuente (tipo de letra) era inapropiada, juro que leer ese menú me dio más miopía.
Más adelante, sin aún decidir qué ordenar, comenzó a llover y nos vimos obligados a movernos de mesa, porque a pesar de estar techada el área, en las mesas de la orilla salpicaba el agua. Luego tuve que visitar el baño de damas, el que quedaba contiguo al bar. Llegué y tuve que esperar un mi tanto a dos mujeres más, pues el baño es individual, sólo cuenta con un sanitario. Y bueno, finalmente fue mi turno entrar y no había papel higiénico, tuve que recurrir al poco papel para manos que quedaba en el dispensador. La limpieza del baño era aceptable.
Luego regresé a la mesa con Gabriel, a quien inmediatamente fueron a llamar para que moviera el carro (por primera vez). A su regreso, seguimos disfrutando de la música tan variada del cantante, quien incluso nos invitó a compartir alguna canción con él. La Ariana ni lenta ni perezosa le fue a pedir un par, pero no se podía ninguna, sin embargo no me quedó mal, haciendo un poco de trampa me puso la pista de Karaoke de la última que le pedí y nos la echamos igual (900 puntos).
Más tardecito, ordenamos un segundo balde y aprovechamos a pedir un plato de bocas que llevaba alitas, costillas, jalapeños rellenos y chicharrón, con salsa tártara y apio/zanahoria ($7.00). Nos reportaron que no habían alitas, que nos podían poner más costilla de cerdo en ese caso y nosotros accedimos. En lo que esperábamos por esa segunda orden, fueron nuevamente a llamar a Gabriel para mover el carro, y el local ya se había llenado un poquitito más.
Después, llegó ese plato, ya lo deseábamos mucho pues teníamos algo de hambre. El plato no se miraba mal, sin embargo no fue de nuestro agrado total. Las costillas eran más hueso que otra cosa (no miento un par sólo eran hueso) y la salsa tártara... dejémoslo en que he probado mejores. Para este segundo balde, tuvimos la necesidad de pedir más hielo, pues las últimas dos cervezas ya lo urgían, y el mesero muy amable y sin dudarlo nos llevó más que suficiente hielo (mil quinientos puntos).
Luego, ya casi para partir tuve que visitar el baño de damas nuevamente, esta vez tuve que esperar menos, sin embargo, cuando se desocupó el sanitario y pude entrar, noté que no había papel higiénico ni papel toalla, osea, muchas felicidades a la señorita para quién eso no es inconveniente alguno y que -al tampoco lavarse las manos, pues- lo terminó de comprobar, pero tanto para la Ariana como para el 82% de las mujeres, necesitamos este material a la hora de visitar el sanitario. Así que fui al mesero más próximo a pedirle esto, que fue el bar tender que estaba desocupado. Él hizo una rápida búsqueda de este dentro del bar y al no encontrar, le pidió a otro mesero algo con señas. El mesero se acercó a una mesa vacía y me dio un tubo de papel toalla -casi terminado- de los que utilizan como servilletas.
Bueno, eran eso de las 2 de la mañana y obviamente ya nos teníamos que retirar. Muy amablemente nos despidieron tanto nuestro mesero, como el cantante que ahí seguía (ya no cantando) y nos largamos.
Recomendaciones de Ariana:
En términos de parqueo, te recomiendo llegar temprano, así no vas a tener la incomodidad de estarlo yendo a mover. Si andás con ánimos de música en vivo, así tipo rock en español, inglés y románticas, pues es el lugar indicado (sólo que te sugiero que averigüés -ya sea por FB u otro medio- qué días se va a presentar este músico, pues nos comentó que no era fijo). Aparte de eso, en base a nuestra experiencia, con la comida nos quedaron debiendo, y con la costilla ya no se diga. Las cervezas te las sirven muy heladitas y en resumidas cuentas en ambiente del lugar es muy bueno y los precios andan más o menos igual que en La Taberna Grill.
jueves, 16 de julio de 2015
Denny's - Zona Rosa
Y como te habrás dado cuenta, siempre ando en busca de un buen lugar donde trabajar, pues trabajo dentro y fuera de la oficina. Denny's es un lugar que siempre consideré relativamente bueno para esto, sin embargo después de visitarlo casi que a diario, llegó ese punto en el que no quería pasar ni enfrente de él.
Me senté y me dispuse a ver el menú, ordené algo light, pues no me da mucha hambre en la mañana. Me decidí por un Grand Slam que uno tiene la opción de escoger los 4 alimentos a incluir ($4.50) yo me fui por dos claras de huevo, dos tiras de tocino de pavo, un English muffin y orden de frutas. A diferencia de otras veces, en esta ocasión se tardaron un tanto en llevármelo, pero yo ni lo sentí por estar ocupada trabajando en la compu, me vine a dar cuenta porque ya iba terminando mi tercer café cuando me llevaron la comida. Ah, eso, hay refill gratis de café, en mi caso negro americano ($1.00) que me parece muy económico y EXCELENTE.
Luego de comer y seguir trabajando, me di cuenta que salieron de repente todos los meseros juntos, se dirigieron a una mesa con tambores y panderetas... ay no, y comenzaron a hacer ruido y a cantar algo que sólo ellos sabían qué decían, bien Pizza Hut Style. Este numerito lo hicieron unas 3-4 veces en las dos horas que permanecí en el lugar, porque aparentemente es el lugar indicado para llevar a todo cumpleañero a desayunar.
Pero después de unos cuantos meses sin acercarme, pues decidí ir por un cafecito y un desayuno. Lo que noté es que el menú tiene nuevos platillos, lo han ampliado un poco, lo que es bueno pues yo ya estaba china de lo mismo (y cómo no iba a estarlo?!). Bueno, llegué y -como siempre- dejé el carro en el parqueo subterráneo, con el fin de que no estuviera bajo el sol. Entré al local, hay personas en la entrada como hosts que te indican hacia una mesa vacía, sin embargo uno tiene la libertad de elegir dónde sentarse, vayás solo o acompañado. En mi caso iba sola y me fui a una de esas butacas largas y cómodas.
Luego tuve que ir al baño de damas, ya te imaginás con tanto café... y sin preocupación de dejar mis pertenencias en la mesa, incluída mi laptop, me dirigi a este, el que cuenta con dos sanitarios y un secador y siempre lo mantienen limpio. Bueno, regresé a la mesa a seguir en lo mío y me dio por hojear nuevamente ese menú, medio me habían hecho ojitos unos pancakes nuevos que vi por ahí.
La onda es que menos mal que no me da hambre por las mañanas, porque los terminé ordenando, son los pancakes originales, pero llevan frosty de vainilla y canela encima, se llaman Cinammon Pancakes y la orden insividual trae dos ($2.75). Estaban muy ricos, y para serte franca, casi me atravieso los dos. Lo que no me gustó -ya me conocés que me fijo en todo- es que el plato en el que me los sirvieron estaba quebrado de la orilla.
Finalmente, me tuve que retirar del lugar, tenía que estar en la oficina en 15 minutos. Pedí la cuenta, la que me llevó rápidamente el mesero con un gran sello que indicaba que la propina no estaba incluída en la cuenta. Así que dejé esta en la mesa y me fui a la caja, donde tuve que hacer una pequeña fila que no tomé en consideración, lo que me atrasó un poco. Cuando al fin llegué al cajero y pagué mi desayuno, me entregó él el ticket y me invitó a visitar una website indicada en el mismo para llenar una pequeña encuesta de comentarios acerca de mi visita y con ello me regalaban una pequeña orden de pancakes en bolitas para la próxima vez que los visitara.
Recomendaciones de Ariana:
Si llegás a una hora pico en día de semana, no hay muchas opciones de dónde sentarte, y si a trabajar es que vas, como es mi caso, hay un poco mucho ruido a tu alrededor (los carnavales, la bastante gente hablando y la música en el fondo un tanto alta). Aparte de eso, considero excelente el servicio de refill que tiene el café negro, negro descafeinado y el té caliente, a un muy buen precio. Finalmente, tenés a lo largo del menú indicadores de cuáles son los platos con bajas cantidades de grasa y el lugar en sí es agradable, contando con butacas cómodas y amplias donde podés disfrutar tu comida y un parqueo techado para dejar tu carro bien cuidado.
miércoles, 15 de julio de 2015
Le Croissant - Multiplaza
Llegamos y el ambiente estaba muy bonito, muy familiar; no teníamos decidido en qué restaurante íbamos a comer. En la plaza principal es donde estaba la mayor parte de las personas, había incluso una señora tocando violín, lo que hizo que nos mantuviéramos en esa área, por lo que fui al San Martín a que me anotaran en la lista de espera, y mi padre decidió anotarnos al mismo tiempo en Le Croissant.
Afortunadamente, a pesar de que este también estaba topado, no fue mucho lo que tuvimos que esperar afuera y rápidamente nos acomodaron adentro del restaurante, casi al fondo (cerca del área de repostería). Nuestro mesero fue un señor súper atento y sonriente, lo que invitaba aún más a pasar adelante. Nos llevó nuestro menú y nos ofreció inmediatamente café (mil puntos).
El menú en sí es bueno, tenés variedad de platos -pero no demasiada que nunca te lográs decidir- y los precios los considero razonables ("cocina francesa", ya tú sá). Bueno, mi papá como anda de light, se pidió una orden de frutas, mi abuela un desayuno típico y yo unos pancakes de banana y chocolate (todos los desayunos andaban entre $5 y $8 aprox.)
No todos los desayunos incluían el café, sólo algunos de ellos, los que no, tocó pagar el café aparte y ningún café tenía refill. Seguidamente nos llevaron una cesta con pan bagette, el atento mesero al ponerla en la mesa, sin querer botó dos pedazos de pan (uno casi cae al suelo) pero inmediatamente los recogió con la mano y... entre sonrisas los puso de regre en la cesta, con mi papá sólo nos volvimos a ver y nos matamos de la risa, pues ambos pensamos que los iba a cambiar por otros (o por lo menos llevárselos y hacer la paja).
Bueno, lo dejamos pasar, pues no le dimos importancia ya que la mesa estaba limpia y el mesero se había ganado nuestra simpatía (ven lo importante que es esto?!). Nos llevó luego lo que habíamos ordenado: la presentación de los tres platos fue muy buena y ví tanto a mi papá como a mi abuela devorar los suyos. Te cuento que mis pancakes estaban deliciosísimos, me encantaron tanto que casi no le quería dar de probar a mi papá, sólo porque era el día del padre, ni modo...
Luego me terminé mi taza de café y necesitaba otra, pues son muy pequeñas y yo muy cafetera. A la hora de pedir esta segunda me costó ubicar a mi mesero (recordá que esto estaba lleno) y se la pedí a otro mesero, quien nunca me llevó mi café y creo que ni lo anotó. Más tarde logré llamar a mi mesero y aproveché a pedirle la cuenta para poder pagar e irnos.
Recomendaciones de Ariana:
El lugar es muy bonito, acogedor y elegante. A diferencia de otros locales del centro comercial, éste cuenta con un sanitario unisex (no fui, pero lo vi). La cocina, al menos por los desayunos que son los que probamos, deliciosa, te TRI recomiendo esos pancakes con banana y chocolate, que hasta te los sirven con chantilli por si querés ponerles un poco. Y, por supuesto, los croissants de ahí son exquisitos.
Finalmente, mi review es totalmente positivo, al menos en base a esta visita que hice al lugar, no tuve queja o molestia alguna. Bon appétit!
martes, 14 de julio de 2015
La Hola Beto's - Costa del Sol
Andábamos cerca del Aeropuerto con Gabriel, pues tuve que ir por él que regresaba de viaje de trabajo. Por ser domingo, y considerando que su vuelo no fue cansado, decidimos pasar a La Hola de la Costa, que no conocíamos, sólo habíamos visitado a la de La Libertad, que es muy bonita.
Bueno, llegamos, cuentan con un parqueo amplio, aunque algo lejitos del lugar, hay que caminar un tanto sobre tierra para llegar. Entramos al local, al nomas entrar me pareció bonito, el área techada que tienen, pero una vez pasamos esa área y llegamos al aire libre, fue otra historia. El concepto es un tanto diferente al de La Hola en La Libertad, pues para comenzar todas las mesas estaban en la arena, lo que de por sí generaba un tanto de incomodidad. Hay una piscina que por lo descuidada y sucia no sólo te genera asco, sino afecta la estética del lugar. Las mesas más próximas estaban techadas con palapa, y las de abajo estaban "techadas" como con una tela blanca, pero mal puesta y verdaderamente se miraba feo.
La onda es que ni modo, ya estábamos ahí y decidimos darle una oportunidad. Ubicamos una mesa vacía, pero sin sillas, pedimos por estas en dos ocasiones y nos dijeron que "ya iban a ver si nos encontraban alguna". Finalmente, Gabriel fue por dos que encontró disponibles y las cargó hasta nuestra mesa. Tuvimos que llamar en varias ocasiones para que nos atendieran, ni menú nos habían llevado.
Aparte, por si eso no era suficiente, el menú que al fin nos llevaron estaba asqueroso, pegajoso y oxidado... algo verdaderamente vergonzoso como carta de presentación. Bueno, lo irónico es que un menú en tan mal estado reflejara precios tan elevados, pero pues, consideramos la zona turística y era "entendible". Sin embargo a la hora de recibir lo que ordenamos, ese paradigma cambió totalmente.
Gabriel ordenó un ceviche sencillo de pescado en aceite de oliva ($9.50) y yo una docena de conchas pequeñas ($6.50). Adicional a esto, pedimos dos micheladas con Pílsener ($3.50 c/u).
En lo que esperábamos la orden, unas niñas de afuera andaban vendiendo unos mangotes en palo con chile, alguashte y toda esa vaina. Nos dimos uno en la espera, delicioso. Por milagro no tuve la necesidad de visitar el baño, sin embargo, después de haber visto la piscina y "regaderas" con las que cuentan, me alegro no haber tenido que ir.
Lo que te quiero contar es que luego nos llevaron la orden, y lo que recibimos fue: un ceviche en una copa donde quizá tres cucharadas de ceviche cabían, unas micheladas de verdad FEAS en una mini jarrita y una lata Pilsener (no lo podía creer) y para más fregar y mi suerte, de mi docena de conchas -que me la llevaron sin palillos- ninguna me bailó con el limón, lo que me indicaba que no estaban frescas, y el raro sabor, me lo terminó de comprobar. Pedí inmediatamente palillos y me los llevaron un buen rato después, desnudos y todos jugados por el mesero. Ah, y casi lo olvido: no tienen ni servilletero, nos dieron 4 servilletas entre la salsa inglesa y la sal, de donde salieron volando 2.
En lo que estábamos ahí, notamos que llevaban comida al hotel contiguo a La Hola: Tortuga Village Resort, que se ve muy bonito, pero si el servicio de comida está a cargo de La Hola, me reservo las ganas de ir. Y bueno, ya ni pedimos nada más, ni quisimos pedir otra cerveza para quitarnos el mal sabor de las conchas, porque capaz nos llevaban latas de Pilsener ($2.45 c/u). Exagerado.
Solicitamos inmediatamente la cuenta, nos la llevaron y pagamos de un solo, no queríamos seguir ahí.
Recomendaciones de Ariana:
Yo no regreso a este lugar, realmente no te lo puedo recomendar. Sin embargo, si decidís ir, te sugiero considerar lo que te relaté: el servicio no es bueno, la comida deja mucho qué desear (incluída su presentación) y el lugar en sí no es muy agradable. Te sugiero que comprés uno de esos mangos a las personas que los andan vendiendo, fue lo que más disfrutamos de nuestra visita.
Te recomendaría más dirigirte a la de La Libertad.
Bueno, llegamos, cuentan con un parqueo amplio, aunque algo lejitos del lugar, hay que caminar un tanto sobre tierra para llegar. Entramos al local, al nomas entrar me pareció bonito, el área techada que tienen, pero una vez pasamos esa área y llegamos al aire libre, fue otra historia. El concepto es un tanto diferente al de La Hola en La Libertad, pues para comenzar todas las mesas estaban en la arena, lo que de por sí generaba un tanto de incomodidad. Hay una piscina que por lo descuidada y sucia no sólo te genera asco, sino afecta la estética del lugar. Las mesas más próximas estaban techadas con palapa, y las de abajo estaban "techadas" como con una tela blanca, pero mal puesta y verdaderamente se miraba feo.
La onda es que ni modo, ya estábamos ahí y decidimos darle una oportunidad. Ubicamos una mesa vacía, pero sin sillas, pedimos por estas en dos ocasiones y nos dijeron que "ya iban a ver si nos encontraban alguna". Finalmente, Gabriel fue por dos que encontró disponibles y las cargó hasta nuestra mesa. Tuvimos que llamar en varias ocasiones para que nos atendieran, ni menú nos habían llevado.
Aparte, por si eso no era suficiente, el menú que al fin nos llevaron estaba asqueroso, pegajoso y oxidado... algo verdaderamente vergonzoso como carta de presentación. Bueno, lo irónico es que un menú en tan mal estado reflejara precios tan elevados, pero pues, consideramos la zona turística y era "entendible". Sin embargo a la hora de recibir lo que ordenamos, ese paradigma cambió totalmente.
Gabriel ordenó un ceviche sencillo de pescado en aceite de oliva ($9.50) y yo una docena de conchas pequeñas ($6.50). Adicional a esto, pedimos dos micheladas con Pílsener ($3.50 c/u).
En lo que esperábamos la orden, unas niñas de afuera andaban vendiendo unos mangotes en palo con chile, alguashte y toda esa vaina. Nos dimos uno en la espera, delicioso. Por milagro no tuve la necesidad de visitar el baño, sin embargo, después de haber visto la piscina y "regaderas" con las que cuentan, me alegro no haber tenido que ir.
Lo que te quiero contar es que luego nos llevaron la orden, y lo que recibimos fue: un ceviche en una copa donde quizá tres cucharadas de ceviche cabían, unas micheladas de verdad FEAS en una mini jarrita y una lata Pilsener (no lo podía creer) y para más fregar y mi suerte, de mi docena de conchas -que me la llevaron sin palillos- ninguna me bailó con el limón, lo que me indicaba que no estaban frescas, y el raro sabor, me lo terminó de comprobar. Pedí inmediatamente palillos y me los llevaron un buen rato después, desnudos y todos jugados por el mesero. Ah, y casi lo olvido: no tienen ni servilletero, nos dieron 4 servilletas entre la salsa inglesa y la sal, de donde salieron volando 2.
En lo que estábamos ahí, notamos que llevaban comida al hotel contiguo a La Hola: Tortuga Village Resort, que se ve muy bonito, pero si el servicio de comida está a cargo de La Hola, me reservo las ganas de ir. Y bueno, ya ni pedimos nada más, ni quisimos pedir otra cerveza para quitarnos el mal sabor de las conchas, porque capaz nos llevaban latas de Pilsener ($2.45 c/u). Exagerado.
Solicitamos inmediatamente la cuenta, nos la llevaron y pagamos de un solo, no queríamos seguir ahí.
Recomendaciones de Ariana:
Yo no regreso a este lugar, realmente no te lo puedo recomendar. Sin embargo, si decidís ir, te sugiero considerar lo que te relaté: el servicio no es bueno, la comida deja mucho qué desear (incluída su presentación) y el lugar en sí no es muy agradable. Te sugiero que comprés uno de esos mangos a las personas que los andan vendiendo, fue lo que más disfrutamos de nuestra visita.
Te recomendaría más dirigirte a la de La Libertad.
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