lunes, 27 de julio de 2015

Las Hojas Resort

Y bueno, como te había comentado, este finde tuve la oportunidad de ir a un nuevo hotel de playa para mí. Mi prima se ganó una estadía de dos días una noche para dos personas, así que ni siquiera tuvimos que gastar en el hospedaje. Decidimos ir este finde, aprovechando que Gabriel tuvo que salir del país el sábado, por lo que lo fuimos a dejar al aeropuerto y seguidamente nos fuimos a Las Hojas, que queda justamente en la playa La Paz, cerca del aeropuerto.

El camino a este hotel es algo feo, sí está señalizado, pero no es calle pavimentada y es un tramo algo largo el que hay que pasar por este camino sin iluminación, por lo que no es recomendable atravesarlo de noche. Cuando finalmente llegamos, nos dimos cuenta de que el hotel lo mantienen cerrado, por lo que pensamos que no era la entrada principal e inicialmente nos pasamos. Luego entramos y nos fuimos a hacer el check-in, nos pusieron unas pulseras de plástico y nos dejaron entrar. Pudimos quedar registradas, sin embargo el cuarto lo entregaban hasta las cuatro de la tarde, por lo cual nos fuimos a conocer el hotel y a caminar en lo que se dieron las cuatro.

El complejo es muy bonito, cuenta con animales enjaulados como un "mini zoo" regados en toda el área pública. También hay una piscina en el área común y otra después del restaurante. Fuimos a ver el restaurante también, pues ahí íbamos a tener que cenar, ya que no era permitido el ingreso de alimentos. Finalmente, los cuartos que de hecho son bunglows, están rodeados de áreas verdes, lo que los hace muy atractivos.


Se llegó la hora y nos entregaron el cuarto, tuvimos que llevar el carro, pues cada bungalow tiene su espacio reservado de parqueo, lo que le da un gran plus. El bungalow cuenta con 2 hamacas afuera y por dentro una cama matrimonial, aire acondicionado, televisión, un baño amplio y un walk-in closet.








El aire acondicionado ya lo tenían encendido para nosotras y al nomás entrar sentimos olor a cigarro, lo que indica que no es prohibido el fumar adentro del cuarto. Esto me parece inapropiado, pues alguien que no fume le molestará el fuerte olor que se siente al entrar.


Luego nos llegó la hora de ir a cenar al restaurante, este queda al otro lado de la calle, está unido por un puente de palapa. Entramos y vimos que había música en vivo, lo que nos pareció muy bonito, el tipo cantaba bien. Nos sentamos e inmediatamente nos llegaron a dejar el menú. Mi prima se fue por un churrasco ($13.99) y soda ($1.95) y yo por un pollo en salsa de hongos ($11.50) y un litro de agua ($2.75), exagerado.

         Pedimos de entrada unas papitas
fritas, porque el hambre estaba perra, y nos las llevaron rápidamente. Cuando nos llevaron los platos principales, nos dimos cuenta que las papitas fue lo que más nos gustó. El churrasco daba risa (tamaño y sabor de la carne) y mi pollo dejaba mucho que desear, no me lo pude ni terminar, esa salsa de hongos estaba fea y espesa como que era puré. Y para más fregar, pregunté si tenían room service para que nos pudieran llevar cafecito en la mañana con algo dulce y nos dijeron que sólo por llevarlo teníamos que pagar extra $5.75... No senkiu.

El día siguiente en la mañana nos dimos cuenta de en la piscina había un payaso animando y anduvimos conociendo un poco más. Vimos que había un cuarto con mesas de billar, estaba súper descuidado, tanto el cuarto como las mesas, aparentemente no le dan mantenimiento, así que no nos fue atractivo quedarnos ahí. Nos fuimos de regreso al cuarto, ya que teníamos hambre y por suerte habíamos llevado un pan de caja y queso en una hielera con la esperanza de poder entrarlo. No había forma de que yo regresara a gastar un dólar más en ese restaurante. Luego nos dirigimos a la playa a caminar un rato y a bañarnos, y así finalizó nuestra estadía.

Finalmente, fuimos a hacer el check-out, pues a las 2 de la tarde había que regresar la habitación, llegamos a recepción y tuvimos que esperar que revisaran el bungalow para poder pagar la cuenta. Aprobaron la habitación y nos dispusimos a pagar la carísima comida (si hubiera sido buena cocina, los precios estarían bien para un hotel de playa; a excepción de el agua, ni que fuera Perrier). Luego, por el teléfono, le informaron al señor de recepción que habíamos dejado un bolso en el bungalow, por lo que nos fuimos inmediatamente al cuarto, pero no había nada, llamé desde ahí a recepción y ya estaba ahí mi lindo bolso. Fuimos luego a recogerlo y nos vinimos de regreso a San Salvador. En el camino de regreso entendimos por qué mantienen ese hotel cerrado todo el día, y es porque toda esa área tenía grandes 18 en las pocas paredes que habían en lo que parecían ser ranchos abandonados, no había un sólo rancho en uso, sin lugar a dudas es un área peligrosa.

Recomendaciones de Ariana:

El lugar en sí es muy bonito, los bungalows también. El restaurante verdaderamente no lo recomiendo, es muy caro para lo que ofrecen. Sin embargo, no es un lugar donde te registran las maletas, por lo que sí podés llevar tu bebida, comida e incluso hielera sin problema alguno, claro, siendo prudente cuando la metás a la habitación. El servicio no estuvo mal, al menos en el restaurante, que fue la única vez que no requerimos y al final de nuestra estadía, al regresarme el bolso que había olvidado en la habitación. En pocas palabras, vale la pena visitarlo, creo que hay que ser socio para poder hospedarte (membresía), ya sólo sería de ver el costo de ese derecho.

3 comentarios:

  1. a mi si me revisarón el carro y tuve que dejar la hielera en la recepción, con lo del restaurante una estafa muy poca comida.

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    1. Gracias, Miguel, es bueno saber que sólo fue un golpe de suerte en mi caso y creo q sufrimos igual con el restaurante.

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  2. Se podrá llevar algo de tomar así en la maleta o te revisan las maletas también?

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